: Michelle Mattheos
: Conexiones peligrosas
: Ediciones Oblicuas
: 9788418397547
: 1
: CHF 6.40
:
: Krimis, Thriller, Spionage
: Spanish
: 254
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
La joven Mercedes, recién ascendida a jefa del departamento de tanatología del hospital más importante de Chile, y Matías, un neófito periodista ávido de la exclusiva que de un giro a su carrera, se ven envueltos, sin esperarlo, en un caso sórdido de venganza contra los políticos más importantes del país. Al mismo tiempo, la comisaria Gómez y su equipo de detectives buscan las claves con las que desentrañar el misterioso asesinato de la hija del ministro del Interior. Muy pronto, las deshilachadas hebras de esta oscura trama irán urdiéndose, y no necesariamente de la manera más esperada. Conexiones peligrosas es una novela policiaca de suspense que profundiza en las entrañas más escabrosas de la corrupción y la perversión de las altas esferas chilenas.

I. El despertar


17 de diciembre

En una oscura carretera secundaria, a una suave velocidad, circulaba el Audi blanco de última generación de una hermosa joven que conducía relajada luego de terminar su semana de clases en la universidad. Se dirigía hacia la residencia de verano de sus padres. El camino desde Santiago a Limache por la ruta 68 era fácil y rápido. La parcela estaba ubicada a unos ciento veinte kilómetros de la capital, en medio del campo, con una laguna privada y el suficiente espacio para salir a cabalgar en los faldeos del cerro sembrado de viñas. Por supuesto que valía la pena ir, aun cuando fuera tarde y se sintiera cansada; la semana de exámenes del último año en la universidad había sido fatal. Abrió la ventana para que entrara el aire tibio que se colaba. Le recordó a esas noches cálidas y felices de verano, de cuando tuvo la edad suficiente para tomar el coche. Su padre, a pesar de lo ocupado que siempre estaba con la política, se había esforzado en enseñarle a conducir; aunque su hermano mayor ya llevaba varios meses dándole clases en secreto. Esa sensación única de libertad que le brindaba estar a cargo del volante, el sonido del motor, la sincronización de los cambios y la música que podía disfrutar a gusto eran perfectos en ese pequeño cubículo. «Una noche más de vuelta a casa», pensó. El camino estaba tranquilo como siempre, uno que otro coche pasaban en dirección contraria, el cielo estaba estrellado, pronto comenzarían los exquisitos calores de enero, pensó en la playa y en su íntimo grupo de amigos, decidió que este año pasaría los dos meses de las vacaciones en Cachagua, algo relajado, un plan de desconexión total, estaba harta de las fiestas, los excesos de la ciudad y la gente tóxica.

De pronto, unas luces la cegaron desde el exterior.

Observó por el retrovisor una enorme camioneta que salía intempestivamente desde un camino lateral, pegándose a la parte de atrás de su auto. Miro de reojo el reloj y se percató que eran las nueve y media, le pareció tan extraña y agresiva la actitud del conductor, pero no podía distinguir nada a través de los vidrios tintados de la camioneta. Decidió disminuir la velocidad para dejarlo pasar, pero, por el contrario, esa masa negra y amenazante se le pego aún más. Desaceleró y bajó el cambio, quería salir de golpe con fuerza y rapidez. Ya había pasado las últimas señales, estaba pronta a su salida hacia Limache. El camino seguro a casa. No colocó el indicador y salió de la misma forma imprudente en que esa extraña camioneta había ingr