: Blake Pierce
: Esperando (Las Vivencias de Riley Paige-Libro #2)
: Lukeman Literary Management Ltd.
: 9781640299351
: 1
: CHF 3.20
:
: Krimis, Thriller, Spionage
: Spanish
: 250
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
'¡Una obra maestra del género del thriller y misterio! El autor hizo un trabajo magnífico desarrollando a los personajes psicológicamente, tanto así que sientes que estás en sus mentes, vives sus temores y aclamas sus éxitos. La trama es muy inteligente y te mantendrá entretenido durante todo el libro. Este libro te mantendrá pasando páginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados.' --Books and Movie Reviews, Roberto Mattos (sobre Una vez desaparecido)   ESPERANDO (Las vivencias de Riley Paige-Libro #2) es el libro #2 en una nueva serie de suspenso psicológico por el autor bestseller Blake Pierce, cuyo libro gratuito y exitoso Una vez desaparecido (Libro #1) ha recibido más de 1.000 opiniones de cinco estrellas.   Riley Paige, la pasante brillante del FBI de 22 años de edad, lucha para descifrar los acertijos del asesino en serie sádico apodado el 'Asesino Payaso' por los medios de comunicación. El problema es que todo se vuelve demasiado personal cuando ella misma se convierte en blanco del asesino y tiene que luchar por su vida.   Riley Paige, quien acaba de graduarse de la universidad, es aceptada en el prestigioso programa de prácticas del FBI, y está decidida a hacerse un nombre. Está expuesta a muchos departamentos del FBI y cree que será un verano tranquilo, hasta que un asesino en serie mantiene a todo Washington en ascuas. Conocido como el 'Asesino Payaso', se viste y pinta a sus víctimas como payasos, y se burla del FBI con acertijos tentadores que envía a los medios de comunicación. Tiene a todos preguntándose si es un payaso.   Parece que Riley es la única con una mente lo suficientemente brillante como para decodificar las respuestas. Y, sin embargo, el viaje en la mente de este asesino es demasiado oscura, y la batalla demasiado personal, como para que Riley salga ilesa. ¿Podrá ganar este juego mortal del gato y el ratón?   Un thriller lleno de acción con suspenso emocionante, ESPERANDO es el libro #2 de una nueva serie fascinante, con un nuevo personaje querido, que te dejará pasando páginas hasta bien entrada la noche. Transporta a los lectores veinte años atrás, a los comienzos de la carrera de Riley, y es el complemento perfecto a la serie UNA VEZ DESAPARECIDO (Un misterio de Riley Paige), que incluye 13 libros hasta los momentos.   El libro #3 en la serie LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE estará disponible pronto.

Blake Pierce es el autor número uno en ventas de USA Today, con su serie de misterio RILEY PAGE, que incluye diecisiete libros hasta el momento. Blake Pierce es también el autor de la serie de misterio MACKENZIE WHITE, que comprende catorce libros hasta el momento; de la serie de misterio AVERY BLACK, que comprende seis libros; de la serie de misterio KERI LOCKE, compuesta por cinco libros; de la serie de misterio MAKING OF RILEY PAIGE, que consta de cinco libros hasta el momento; de la serie de misterio KATE WISE, que comprende siete libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico CHLOE FINE, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico JESSIE HUNT, que consta de trece libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico AU PAIR, que consta de tres libros hasta el momento; de la serie de misterio ZOE PRIME, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de misterio ADELE SHARP, que consta de siete libros hasta el momento; y de la nueva serie de misterio ELLA DARK. Lector ávido y fanático de los géneros de misterio y suspense, a Blake le encantará saber de ti, así que no dudes en visitar www.blakepierceauthor.com para obtener más información y mantener el contacto.

 

 

 

PRÓLOGO


 

Janet Davis no estaba consciente de nada excepto el terrible dolor que sentía en su cráneo. Se sentía como si alguien estuviera martillando su cabeza.

Tenía los ojos cerrados. Cuando trató de abrirlos, una luz blanca deslumbrante la cegó, así que tuvo que volverlos a cerrar.

La luz se sentía caliente en su rostro.

«¿Dónde estoy? —se preguntó—. ¿Dónde estaba antes... antes de que esto pasara?»

Entonces comenzó a recordarlo todo…

Había estado tomando fotografías en las marismas cerca del parque Lady Bird Johnson. Los narcisos del parque ya no deberían estar floreciendo a esta fecha de verano, pero las hojas de cornejo estaban muy verdes y se veían hermosas en el atardecer.

Había estado en el puerto deportivo fotografiando los barcos oscuros y la hermosa sombra de la puesta de sol en el agua cuando oyó pasos acercándose rápidamente por detrás. Antes de que pudiera darse la vuelta, sintió un golpe detrás de su cabeza, la cámara salió volando de sus manos y…

«Perdí el conocimiento, supongo», pensó.

Pero ¿dónde estaba ahora?

Estaba demasiado atontada, tanto así que no se sentía asustada. Pero sabía que pronto estaría aterrorizada.

Cayó en cuenta de que estaba tumbada de espaldas sobre una superficie dura.

No podía mover los brazos ni las piernas. Tenía las manos y los pies entumecidos debido a que tenía las muñecas y los tobillos atados.

Pero la sensación más extraña era de unos dedos sobre su rostro, restregando algo suave y húmedo en su piel caliente.

Logró decir con mucho esfuerzo: —¿Dónde estoy? ¿Qué estás haciendo?

Al no obtener respuesta, torció la cabeza para tratar de escapar del movimiento molesto de los dedos pegajosos.

En ese momento, oyó una voz masculina susurrar: —No te muevas.

No tenía intención de quedarse quieta. Siguió retorciéndose hasta que dejó de sentir los dedos sobre su rostro.

Oyó un suspiro desaprobador. Entonces la luz se movió, por lo que ya no estaba brillando sobre su cara.

—Abre los ojos —dijo la voz.

Cuando lo hizo, vio la hoja reluciente de un cuchillo de carnicero frente a ella.

 La punta del cuchillo se acercó más y más a su cara, haciendo que sus ojos se cruzaran. Ahora veía dos hojas.

Janet jadeó, y la voz volvió a susurrar: —No te muevas.

Ella se congeló, pero un espasmo de terror sacudió su cuerpo.

La voz siseó: —Te dije que te quedaras quieta.

Hizo que su cuerpo se aquietara. Tenía los ojos abiertos, pero la luz era dolorosamente brillante y caliente, y no podía ver nada con claridad.

El cuchillo se alejó, y los dedos volvieron a frotar su rostro, esta vez alrededor de sus labios. Ella apretó los dientes tan fuerte que podía oírlos rechinar.

—Ya casi —dijo la voz.

A pesar del calor, Janet estaba temblando de miedo.

Los dedos comenzaron a presionar alrededor de sus ojos, y ella tuvo que cerrarlos de nuevo para que lo que el hombre estaba frotando en su cara no se metiera en ellos.

Luego los dedos se alejaron de su cara y pudo abrir los ojos de nuevo. Ahora podía distinguir la silueta de una cabeza grotesca moviéndose en la luz resplandeciente.

Sintió un sollozo aterrorizado salir de su garganta.

—Suéltame —dijo ella—. Suéltame, por favor.

El hombre no dijo nada. Lo sintió toqueteando su brazo izquierdo ahora, atando algo elástico alrededor de su bíceps y luego apretándolo dolorosamente.

Janet entró en pánico y trató de no imaginar lo que estaba a punto de pasar.

—No —dijo ella—. No lo hagas.

Sintió un dedo en su recodo y luego el dolor intenso de una aguja perforando una de sus arterias.

Janet soltó un grito de terror y desesperación.

Cuando sintió la aguja salir, algo extraño pasó dentro de ella.

Su grito de repente se convirtió en risas.

Se estaba riendo descontroladamente, llena de una euforia loca que nunca había experimentado antes.

Se sentía invencible ahora e infinitamente fuerte y poderosa.

Pero cuando volvió a tratar de liberarse de las ataduras alrededor de sus muñecas y tobillos, no cedieron.

Su risa se convirtió en una oleada de furia salvaje.

—Suéltame —siseó—. ¡Suéltame o te juro por Dios que te mataré!

El hombre se echó a reír. Luego inclinó la pantalla de la lámpara de forma que ahora la luz resplandecía sobre su rostro.

Veía el rostro de un payaso, pintado de blanco con enormes ojos extraños y labios dibujados de negro y rojo.

Janet se quedó sin aliento.

El hombre sonrió, sus dientes un color amarillo opaco.

Le dijo: —Van a dejarte atrás.

Janet quería preguntarle:—¿Quiénes? ¿De qué estás hablando? Y ¿quién eres tú? ¿Por qué me estás haciendo esto?

Pero no podía ni respirar ahora.

Volvió a ver el cuchillo en frente de su rostro. Entonces el hombre pasó su punta afilada por su mejilla, por el lado d