An no gobierna el bien en la Tierra. Los crmenes se suceden con frecuencia alarmante. En el caso de la histrica ciudad chaquea llamada Villamontes, la fiscala considera que se deben a problemas muy tpicos por el monopolio de locales de chicas alegres, la iglesia entiende que el maligno ha descendido y encarnado en cierta persona y reacciona con sus armas milenarias, Santiago Blanco, otrora investigador de la Polica boliviana, asume con resignacin su impulso vocacional neto por la investigacin, aunque tambin por alguna interesante cantidad de dinero. Todo parece bien encaminado, pero, cuando repara, su vida amorosa ha quedado trastocada. |