Inolvidables como las buenas canciones, los doce cuentos que integran el debut literario de Santiago Featherston tienen el raro don de establecer una inmediata y feliz complicidad con el lector. No importa que transcurran en una biblioteca, un gimnasio o en la glorieta de una casona venida a menos, ni que sus personajes parezcan seres grises, con ocupaciones m?s o menos convencionales, f?ciles de pasar por alto en esquinas y plazas de una ciudad. Toque lo que toque, la mirada c?lida, ligera y un poco melanclica de Featherston convierte a sus protagonistas en criaturas casi legendarias y a las circunstancias que viven, en escenas llenas de gracia e invencin. Algo m?s tienen en comn los cuentos de Una cancin que dure para siempre: la ciudad de La Plata y sus alrededores. Es all donde se producen las despedidas y los encuentros, las derivas narrativas que terminan en situaciones extraordinarias, las historias que contienen otras historias y los momentos m?gicos que Featherston, como pocos, sabe crear. |