'Las lecturas convencionales de la Antigedad enfrentan a Atenas con Jerusaln, donde Atenas representa la razn y Jerusaln la fe. Sin embargo, como nos recuerda Susan Buck-Morss, los estudios m?s recientes han eliminado esta separacin. Nombrar el primer siglo como un punto cero -ao uno- que divide el tiempo en antes y despus es igualmente arbitrario, nada m?s que una conveniencia que carece de sentido emprico. En Ao 1, Buck-Morss libera el primer siglo para que pueda hablarnos de otra manera, reclam?ndolo como terreno comn y no como origen de diferencias profundamente arraigadas.Buck-Morss se propone derribar varias premisas conceptuales que han dado forma a la modernidad como episteme y nos han conducido a algunos impases posmodernos poco tiles. Se acerca al siglo I a travs de los escritos de tres pensadores a menudo marginados en el discurso actual: Flavio Josefo, historiador de la Guerra de Judea, el filsofo neoplatnico Filn de Alejandra, y Juan de Patmos, autor del Apocalipsis, el ltimo libro de la Biblia cristiana. Tambin aparecen Antgona y John Coltrane, Platn y Bulwer-Lytton, al-Farabi y Jean Anouilh, Nicol?s de Cusa y Zora Neale Hurston, por no hablar de Descartes, Kant, Hegel, Kristeva y Derrida.Buck-Morss demuestra que ya no es necesario dividir la historia como si fuera un nio desamparado que necesita la sabidura protectora de Salomn. Los habitantes del primer siglo pertenecen juntos en el tiempo, y por lo tanto no a nosotros.Recuperar el siglo I como terreno comn y no como origen de diferencias profundamente arraigadas: liberar el pasado para que nos hable de otra manera.Ao 1 es el ejemplo m?s convincente y elegantemente presentado de un proyecto filosfico de traduccin de la historia: simplemente establece el paradigma. Souleymane Bachir Diagne, Universidad de ColumbiaAo 1 es una brillante intervencin en la cuestin misma de cmo leemos los textos del pasado: una restauracin de la bsqueda del significado original sobre una base metodolgica y terica novedosa, as como una importante contribucin al estudio de los tres autores tratados. Daniel Boyarin, Universidad de California, Berkeley' |