| 'Antgona contra las injustas leyes del Estado. Antgona defendiendo las leyes del corazn. Antgona frente a la ceguera complaciente. Antgona combatiendo el patriarcado. Son muchas y muy diversas las lecturas que se han hecho del cl?sico de Sfocles, de Platn a Judith Butler, pasando por Hegel o Kierkegaard. Ahora bien, nadie hasta hoy se haba atrevido a reescribir Antgona como lo ha hecho Slavoj ?i?ek, con la declarada intencin de abandonar la literalidad del texto para que este sea, sin embargo, m?s fiel que nunca a su espritu. Pero cmo es posible distanciarse de su literalidad sin traicionarlo? No ha ido ?i?ek demasiado lejos degenerando, despojando de su gnesis, la obra tr?gica de Sfocles? Para el autor mirar de frente la obra cl?sica, tratarla como algo 'abierto' y orientado al futuro es el nico modo de mantener vivo aquello que late tras la obra y de hacer justicia con Antgona: actualizar no es solo traer a la actualidad, sino renovar. Esa falta de fidelidad es el punto de inflexin que supone la versin de controvertido filsofo esloveno.Al acabar Antgona, nos percatamos de que no ha sido meramente un fascinante juego de interpretaciones, reflejos y lecturas, sino que es un trabajo poltico que muestra que la ley y la disidencia se retroalimentan, exponiendo la tensin que rige las relaciones entre Estado y pueblo, familia e individuo, hombre y mujer? Al caer el teln, resulta impracticable creer que vivimos sin hacernos dao, sino que todos nuestros actos nos hacen culpables.' |
