En sus manosNo pienses. No preguntes. Acta.Aquel annimo no iba dirigido a m. No te equivoques conmigo, no tengo la costumbre de leer el correo ajeno, pero era un simple pedazo de papel con unas cuantas lneas escritas a mano. Era evidente que iba dirigido a otro vecino. Pareca una nota inocente, pero, decididamente -y deliciosamente-, no lo era.Al desnudoSin ataduras. Sin reproches. Sin vuelta atr?s.No crea que l pudiera desearme. Y no iba a liarme con l, sobre todo despus de lo que haba odo. Alex Kennedy era alto, moreno e increblemente guapo, pero yo ya haba sufrido un gran golpe. Cuando le ped que posara para m, no esperaba que la sesin fotogr?fica se volviera tan apasionada.Viaje al pasadoUn accidente de infancia convirti a Emmaline en una persona propensa a sufrir alarmantes desvanecimientos, aunque apenas duraban unos minutos, para ella parecan prolongarse durante una eternidad. Aquellos episodios eran incmodos, pero manejables? hasta que conoci a Johnny Dellasandro.Aquel pintor hurao y solitario haba ganado notoriedad en los aos setenta por su estilo de vida desenfrenado y sus pelculas pornogr?ficas de arte y ensayo. |