: Mark Beyebach, Marga Herrero de Vega
: Intervención escolar centrada en soluciones Conversaciones para el cambio en la escuela
: Herder Editorial
: 9788425440663
: 1
: CHF 14.90
:
: Sonstiges
: Spanish
: 416
: kein Kopierschutz
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Un manual práctico para profesionales de la educación El planteamiento centrado en soluciones parte de un original modelo de intervención que deja de lado los problemas y se focaliza en las soluciones. Este enfoque surgió en la psicoterapia y, debido a su éxito y eficacia, se ha extendido al mundo de la enseñanza. En efecto, en un contexto como el de la educación, saturado de problemas y a menudo falto de recursos, es necesario mostrar cómo se pueden incorporar prácticas más colaborativas y enfocadas al usuario; en definitiva, más centradas en soluciones. Este libro ofrece las herramientas prácticas para la intervención centrada en soluciones en todos los niveles educativos. Mediante la presentación de las bases conceptuales así como de numerosos ejemplos prácticos, Intervención escolar centrada en soluciones apuesta por una mirada diferente sobre la realidad escolar, basada en los recursos y en las posibilidades en vez de en las patologías y los déficits. Cualquier profesional que actúe en el ámbito de la educación encontrará en estas páginas un amplio abanico de experiencias de intervención que abarcan desde la educación infantil hasta la docencia universitaria e ilustran algunas de las muchas opciones que el enfoque centrado en soluciones ofrece al mundo de la enseñanza.

Mark Beyebach es doctor en psicología, terapeuta familiar y psicólogo especialista en psicología clínica. Pionero en España de la terapia centrada en las soluciones, es autor de más de setenta de publicaciones científicas sobre terapia familiar y terapia breve. Entre ellas destacamos los libros Avances en terapia familiar sistémica, publicado con José Navarro; Cómo criar hijos tiranos, con Marga Herrero; y 24 ideas para una psicoterapia breve. Con Matthew Selekman ha publicado Changing self-destructive habits. Pathways to solutions with couples and families. Es profesor en el departamento de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pública de Navarra. Marga Herrero de Vega es doctora en psicología, terapeuta familiar y supervisora en terapia familiar acreditada por la FEATF. Ejerce la práctica clínica en el Instituto de Psicoterapia de Salamanca y colabora como formadora y supervisora en diferentes ONGs y centros educativos. Es autora de diversas publicaciones sobre terapia breve y sobre familia, y ha dictado numerosas conferencias en España y en Latinoamérica sobre la aplicación del enfoque centrado en soluciones en el ámbito clínico, social y escolar. Es co-autora de Cómo criar hijos tiranos.

 

Capítulo 1
Hacia una (¿nueva?) visión de los
problemas escolares y su resolución

Las escuelas y los institutos son lugares plagados de problemas. Los alumnos a menudo parecen poco interesados en aprender, están desmotivados y aburridos; una proporción importante de maestros se encuentran desbordados por la indisciplina en el aula y cuestionados por estudiantes desafiantes; los padres con frecuencia se sienten acusados por el colegio y a su vez culpan y reprochan a los profesores. Los directivos tratan de contener el descontento y sobrevivir al aluvión de requerimientos burocráticos mientras luchan por una educación de calidad. Las orientadoras, losPTSC e integrantes de los equipos multiprofesionales se sienten con demasiada frecuencia impotentes ante la falta de medios, tiempos y espacio, en un contexto social en el que la educación está cada vez más desatendida y muchos alumnos viven en situaciones de precariedad e incluso de pobreza.

Pero las escuelas e institutos son también lugares llenos de soluciones. Muchos alumnos disfrutan de los compañeros y también de las clases, se ayudan y se apoyan unos a otros, incluso se levantan por las mañanas con ilusión por ir a la escuela. La mayoría de los profesores se esfuerzan no solo por enseñar, sino también por educar verdaderamente a sus alumnos, se sienten satisfechos tras una buena clase y motivados cuando participan en algún proyecto de innovación educativa. Muchos padres apoyan a sus hijos, se involucran en las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) y mantienen una relación de colaboración con el centro. Muchos profesionales de la educación consiguen excelentes resultados pese a sus condiciones de trabajo.

Por lo tanto, en el campo de la educación podemos encontrar innumerables problemas, pero también muchos recursos y muchas fortalezas. El hecho de que nos centremos en los unos o en las otras tiene implicaciones profundas, como se puede apreciar en los dos siguientes ejemplos de caso:

Anastasia, maestra de 4.º de primaria, fue a hablar con la psicóloga del equipo multidisciplinar de intervención escolar para pedirle que se diagnosticara y tratara el «TDAH» de Jonathan, un niño guineano de 10 años que se había incorporado al colegio a mitad de curso, dos meses antes. Anastasia estaba cansada de la conducta de su alumno que, en vez de quedarse sentado en su silla, deambulaba con frecuencia por la clase e interfería en las tareas que hacían los compañeros. Además, hablaba muy alto y contestaba a las preguntas de su maestra de forma irreflexiva y sin respetar los turnos. Anastasia había intentado reconducir la situación y que Jonathan se adaptara al ritmo de la clase, pero lo único que había conseguido era que sus compañeros empezaran también a descentrarse. Para empeorar las cosas, el chico solía acudir sin los deberes hechos y a menudo se dejaba el material escolar en casa; Anastasia no conocía a los padres, pero sospechaba que tenían desatendido a su hijo. La psicóloga, desbordada por la carga de trabajo que tenía en esos momentos, optó por derivar el caso directamente a salud mental, con la idea de que se lo medicara. Además, dió a la profesional dePTSC la indicación de que hiciera una visita a los padres para explorar su posible negligencia y enseñarles a poner límites a su hijo.

La entrevista de laPTSC con los padres resultó desalentadora. El padre no apareció, y la madre se puso a la defensiva en cuanto le mencionaron la posibilidad de medicar a su hijo: terminó acusando a la maestra de no saber llevar bien a Jonathan y a laPTSC de racista. LaPTSC salió de la casa del niño con la sospecha de que la madre de Jonathan tenía un trastorno de personalidad y con la certeza de que no podría contar con ella. Confirmada la mala disposición de los padres, orientadora yPTSC concluyeron que no podrían contar con ellos para ayudar a Jonathan y se reafirmaron en la necesidad de que el niño fuera medicado. Decidieron también informar de la situación a los servicios sociales.

Comparemos el caso anterior con una historia diferente:

Merichel, maestra en 4.º de primaria, estaba harta de las conductas disruptivas de Manuel. A Manuel le costaba atender en clase y centrarse en las tareas escolares, y con cierta frecuencia molestaba a sus compañeros de mesa. Había roto sus manualidades en varias ocasiones e incluso había llegado a pinchar con una tijera a su compañero de mesa. Cuando Merichel habló con la orientadora del equipo multiprofesional, esta la escuchó con atención y después le preguntó qué era diferente en las ocasiones en las que Manuel sí atendía en clase y colaboraba con sus compañeros. Merichel tardó un tiempo en contestar, pero fue capaz de identificar varias situaciones en las que la conducta de Manuel era mejor: había algunos temas en los que ponía mucho interés, y también había un grupo de niños con