INTRODUCCIÓN
Religiones, teología, espiritualidad, ética y política. He aquí los temas que se tratan en este libro, que replantea y reformula los núcleos fundamentales de las religiones, y especialmente del cristianismo, en el horizonte del sentido, el respeto al misterio, la interculturalidad y el diálogo interreligioso, y en respuesta a los nuevos climas culturales y a los desafíos que plantea el nuevo siglo. Tres son los caminos que voy a seguir. El primero, lasreligiones, consideradas lugares privilegiados para la vivencia de lo sagrado, aun cuando en la práctica resulten afectadas por múltiples causas. Pero no las religiones en abstracto, sino en el mundo contemporáneo, en su doble movimiento de crisis y de despertar, en su dialéctica como generadoras de violencia y como fuerza de liberación, en su tensión entre la privatización y la dimensión pública, en su dimensión fundamentalista y su funcionalidad emancipatoria, en su carácter conflictivo y su horizonte pacificador, en su actitud intolerante y su vertiente dialogal.
Dos son los temas a estudiar en este apartado. Uno es la dialéctica violencia-paz, invariante de las religiones. La violencia está legitimada por no pocos textos sagrados que ofrecen una imagen beligerante de lo sagrado, en general, y de Dios, en particular, y que incitan a sus seguidores a combatir a los creyentes de otras religiones y, de manera especial, a los no creyentes. También las utopías de paz están presentes en las religiones con sus llamadas a la no violencia activa como estilo de vida, filosofía o método para la resolución pacífica de los conflictos. No violencia activa que ejemplifico en tres líderes religiosos: Gandhi, Ellacuría y Panikkar. El segundo tema es el diálogo de religiones como alternativa al choque de civilizaciones, los fundamentalismos y las guerras por motivos religiosos en el marco del encuentro entre culturas, la alianza de civilizaciones y la lucha contra la pobreza, en un clima de relaciones igualitarias y simétricas y dentro del respeto a las diferencias culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas. Un diálogo que desemboque en una teología intercultural e interreligiosa de la liberación.
Cada religión tiene su propio sistema de creencias, que las respectivas teologías sistematizan, y generan espiritualidades que deben replantearse en el marco del pluralismo religioso y cultural actual. Por este motivo, el segundo recorrido avanza por los caminos de lateología y laespiritualidad, dos dimensiones fundamentales e inseparables de las religiones.
La teología está adquiriendo conciencia de que es un saber parcial, de que no sabe todo sobre Dios y la religión, y, por tanto, necesita dialogar con otros saberes, sobre todo con aquellos que estudian el fenómeno religioso, como son las diferentes ciencias de las religiones: historia de las religiones, filosofía de la religión, fenomenología de la religión, sociología de la religión, antropología religiosa, psicología de la religión, etnohistoria y ecología de la religión, pero también con la filosofía, las ciencias sociales y humanas y las ciencias de la naturaleza y de la vida. Del mismo modo, ha tomado conciencia de que no se mueve en el horizonte de la razón pura, sino en el de la razón práctica, de que se reconstruye a través de los procesos históricos y reformula sus contenidos fundamentales en los nuevos contextos sociales, políticos, culturales y filosóficos dentro de la dialéctica tradición-creatividad.
Por utilizar la experiencia de Kant en su primera época filosófica en la que vivió sumido en el sueño dogmático del que le despertó Hume, me atrevería a decir que también la teologí