Capítulo 2
El modelo de coaching estratégico: el proceso
El hombre no tiene una naturaleza sino una historia. El hombre no es más que un drama. Su vida es algo que elegir, construir mientras discurre. Ser humanos consiste en esta elección y en esta inventiva. Cada ser humano es el novelista de sí mismo, y aunque puede elegir ser un escritor original o un plagiario, no puede evitar escoger. Está condenado a ser libre.
José Ortega y Gasset
1. El análisis de la Solución Intentada Redundante
Como se ha aclarado en el capítulo anterior, uno de los puntos de entrada más funcionales para movilizar los recursos personales y permitir una mayor expresión de nuestro talento y de nuestro potencial lo constituye el trabajo sobre nuestras soluciones Intentadas Redundantes (SIR), o sobre aquellos guiones que tendemos a repetir para resolver los problemas en el transcurso de nuestra vida y que se han estructurado como autoengaños estables por sus efectos a menudo disfuncionales. Como ya hemos dicho, la disfuncionalidad de estos guiones no reside en su contenido, que quizás en el pasado nos ha permitido alcanzar objetivos importantes, sino más bien en que están estructurados de manera rígida y persistente, en virtud de nuestra dificultad en abandonarlos a pesar de que la mayoría de las veces han sido fuente de fracaso al afrontar particulares situaciones problemáticas.
Concentrarse sobre lo que la persona repite en el tiempo significa trabajar sobre su principal inclinación natural, que es su mayor valía pero que puede convertirse en su peor defecto en el momento en que se vuelve rígido. Desde este punto de vista, la intervención de coaching no se dirige a la eliminación de esta tendencia, sino únicamente a sus componentes disfuncionales, manteniendo los aspectos que funcionan y permitiendo de este modo potenciar el talento de la persona. Todo talento, en efecto, si se vuelve rígido, puede transformarse en límite.
El primer paso en un recorrido de coaching estratégico parte, por lo tanto, de la localización de la que la persona sabe que es su modalidad redundante en el tiempo que, a pesar de haber funcionado a menudo en algunos ámbitos o momentos de su vida, en muchos casos, en cambio, se ha demostrado que es disfuncional en la aplicación a problemas específicos. Puede tratarse de algo que se expresa en la relación con nosotros mismos, relativo a una inseguridad personal, en la relación entre nosotros y los demás, por ejemplo una dificultad nuestra en gestionar determinados tipos de relación, o en nuestra relación con el mundo, entendida como conjunto de reglas y normas sociales y culturales en las que estamos inmersos.
Ninguno de nosotros, de hecho, puede prescindir de la propia relación con la realidad del funcionamiento de estas tres áreas interdependientes, en constante interacción la una con la otra y que constituyen el fundamento de nuestro bienestar y equilibrio personal. Al estar integrados en esta continua circularidad, el mal funcionamiento en una cualquiera de estas áreas produce inevitablemente recaídas también sobre las otras dos, acabando por crear dificultades más o menos perjudiciales en nuestra vida (Watzlawick, Weakland, Fisch, 1974; Nardone, Watzlawick, 1990; Nardone, 1991; Watzlawick, Nardone, 1997).
Imaginemos, por ejemplo, una person