: Leonardo Rodríguez Duplá
: El mal y la gracia La religión natural de Kant
: Herder Editorial
: 9788425441714
: Biblioteca Herder
: 1
: CHF 9.70
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: Allgemeines, Lexika
: Spanish
: 264
: kein Kopierschutz
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Kant publicó, en 1793, La religión dentro de los límites de la mera razón, su escrito más importante sobre filosofía de la religión. En esta obra exponía sus ideas sobre la 'religión natural', la única doctrina religiosa en que se puede usar la razón en sí misma, sin apelar a la autoridad de la revelación. El método elegido por Kant consiste en averiguar en qué medida los contenidos dogmáticos del cristianismo y las enseñanzas de la Biblia pueden ser reconstruidos y asumidos por la razón autónoma. Procediendo de este modo, Kant llegará a proponer dobletes racionales de muchos de los contenidos de la religión positiva sometidos a examen.Durante mucho tiempo, la religión natural kantiana ha sido vista con suspicacia por los estudiosos de la obra del gran pensador prusiano. En particular, las objeciones vertidas contra su teoría del mal radical y su concepción de la gracia han dificultado considerablemente la recepción de este aspecto de la filosofía kantiana. El propósito de esta obra es mostrar la coherencia interna de la religión natural y su encaje armónico en el proyecto crítico kantiano.

Leonardo Rodríguez Duplá es profesor titular de Filosofía moral en la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones se centran en la filosofía de la religión de Kant y en la ética y la antropología de Max Scheler. Entre sus publicaciones destacan los libros: Deber y valor (1992), Ética (2001) y Ética de la vida buena (2006).


PRÓLOGO

El 12 de octubre de 1794 —poco más de un año después de que viera la luz el libro de KantLa religión dentro de los límites de la mera razón y cuando ya circulaba su segunda edición aumentada— el famoso filósofo recibía una comunicación oficial firmada por Johann Christoph von Woellner, ministro de asuntos religiosos del rey Federico Guillermo II, en la que se le acusaba de «desfigurar y envilecer diversas doctrinas capitales y fundamentales de la Sagrada Escritura y del cristianismo» y se le conminaba a cambiar de actitud so pena de tener que afrontar «infaliblemente disposiciones desagradables» (VII 6).1 Además, se le exigía que ofreciera explicaciones de su conducta a la mayor brevedad.

La respuesta de Kant no se hizo esperar. En su escrito de justificación sostenía, entre otras cosas, que a su libro no cabía achacarle desprecio alguno por el cristianismo, por la sencilla razón de que en él no se ocupaba de esta religión, sino únicamente de «la religión natural» (VII 8), es decir, de la doctrina que en materia religiosa la razón puede elaborar por sí misma, sin necesidad de apelar a la autoridad de la revelación.

Esta alegación de Kant resulta, de entrada, sorprendente. Basta hojear el libro censurado para comprobar que en él se alude constantemente a los dogmas principales de la fe cristiana y se hace un uso abundante de pasajes bíblicos, de algunos de los cuales se ofrecen elaboradas exégesis. Sin embargo, vistas las cosas con mayor detenimiento, se comprueba que al filósofo no le faltaba razón al afirmar que su libro no versaba propiamente sobre el cristianismo. Como él mismo explica en el prólogo a la segunda edición de la obra, la religión natural puede ser elaborada con arreglo a dos métodos diferentes. Al primero podemos llamarlo método constructivo. La razón se vale aquí únicamente de sus propios recursos y, partiendo de ellos, trata de formular los contenidos de una doctrina religiosa universalmente válida. Un ejemplo de este modo de proceder lo encontramos ya en el «Canon de la razón pura» de la primeraCrítica, donde la razón llega a formular los postulados de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma sin recurrir a doctrinas reveladas. El segundo método esreconstructivo. Aquí la razón tiene en cuenta los dogmas de la religión po­sitiva y prueba a justificarlos desde su propia perspectiva. Tal es el método utilizado por Kant en la mayor parte de su libro sobre la religión. Este modo de proceder no contradice la previa decisión metodológica de poner entre paréntesis la pretensión de verdad de la revelación, pues lo que se hace justamente es poner a prueba esa pretensión, no darla por supuesta. Se trata, en efecto, de averiguar en qué medida los contenidos dogmáticos del cristianismo y las enseñanzas de la Biblia pueden ser reconstruidos y asumidos por la razón autónoma. Es al fruto de ese trabajo de reconstrucción a lo que Kant llama religión natural.

Los resultados alcanzados por este método reconstructivo son muy llamativos. Kant llegará a proponer dobletes racionales de muchos de los contenidos del cristianismo sometidos a examen, como el pecado original, la figura de Cristo, la Iglesia por él fundada o la necesidad de la gracia. Pero por más que dialogue con el cristianismo, Kant no se pronuncia sobre el valor de larevelación cristiana en cuanto tal, pues aquí se trata únicamente de proponer una doctrina religiosa «dentro de los límites de lamera razón». Por consiguiente, la afirmación kantiana de que su libro no contiene un pronunciamiento sobre el cristianismo sino solo sobre la religión natural es, contra lo que podía parece