: José Arregi Olaizola
: Invitación a la esperanza
: Herder Editorial
: 9788425434457
: 1
: CHF 9.60
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: Christentum
: Spanish
: 216
: kein Kopierschutz
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Invitación a la esperanza es un libro inspiracional, una apología de la esperanza y una guía espiritual para vivir la fe cristiana en el mundo actual. Nos ayuda a comprender y vivir el mensaje de Cristo en un contexto cultural amplio y a compatibilizarlo con nuestra realidad, en claves de una esperanza activa, abierta y amorosa. Las reflexiones discurren, con tono intimista, a través de comentarios a episodios bíblicos, resaltando valores espirituales y relacionándolos con el día a día del lector. Se integran también referencias a obras de la literatura universal y a personalidades de la sociedad actual, dentro y fuera de la Iglesia, que ejemplifican y fundamentan la idea de que es posible contribuir a mejorar el mundo y a uno mismo. 'Invitar a la esperanza no consiste en presentar 'razones para esperar'. No necesitamos razones para ello. Necesitamos esperar sin razones, como respiramos o como vivimos.'

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EL ESPÍRITU O LA ESPERANZA DE LA CREACIÓN

Invitar a la esperanza no consiste en presentar «razones para esperar». No necesitamos razones para ello. Necesitamos esperar sin razones, como respiramos o como vivimos.

Una flor no se abre ni exhala su perfume por algo exterior, sino por sí misma, por su propia razón de ser, por la misteriosa ley de la vida, con sus propios motivos y fines. Así es todo el universo, y es todo el universo el que se mueve en cada vida.

Nadie ama de verdad porque se lo manden desde fuera, como nadie vive o respira por convicciones ni por motivos extraños a la propia vida y al propio aliento. El amor, el aliento, la vida nos mueven por dentro. Un impulso misterioso nos abre y nos atrae, nos empuja a ser y a vivir.Ser significa «inter-ser».Vivir significa «con-vivir». Basta con que el impulso esté vivo y nos dejemos llevar. Amamos porque amamos, respiramos porque respiramos, vivimos porque vivimos. Entonces nos sentimos libres y plenos.

Nadie espera verdaderamente por razones externas: porque Dios exista o porque haya impuesto leyes o hecho promesas, o porque Jesús haya resucitado y corroborado la fe en la vida eterna después de la muerte. Eso son creencias, y cambian con los tiempos y las culturas. Las creencias, como las leyes, pueden ayudar a sostener la esperanza, pero no la suscitan, no son su fuente. La esperanza verdadera, como la fe auténtica, no depende de creencias y de normas. Esperar es una forma de vivir. Esperar es ser fiel al dinamismo profundo de la vida, dejarse llevar simplemente por el Espíritu que nos habita. El Espíritu universal que todo lo une y libera, que todo lo mueve y atrae. Esperar es vivir en respiro y respeto, en libertad y comunión. Esperar es simplemente vivir, dejarse llevar por la secreta ley o, más bien, por el Espíritu de la vida.

No señalaré, pues, razones para esperar. Trataré más bien de describir el dinamismo de la esperanza que mueve todo lo que es. El dinamismo de la creación. Propongo para ello seguir el relato bíblico de la creación, una bella metáfora de la esperanza como energía vital que lo recorre todo y como manera de vivir que lo transforma todo. El relato del Génesis no expone motivos para seguir esperando, sino que nos abre los ojos al movimiento que empuja la creación entera que se está gestando, que gime y goza, buscando el sábado del descanso. Es la esperanza de la creación que nos mueve a todos los seres.

La lectura puede ayudarnos a reavivar en nosotros la llamita de la esperanza o el poderoso fuego de la vida.

1. «Al principio creó Dios el cielo y la tierra»

«Al principio creó Dios el cielo y la tierra» (Gn 1,1). Con estas palabras se abre el libro sagrado de la tradición judeocristiana. La Biblia empieza con un bellísimo poema. En él podemos encontrar chispas de luz, destellos de esperanza, al igual que en otros muchos