: Javier Callejo Gallego, Jesús Gutiérrez Brito
: Adolescencia entre pantallas Los jóvenes en el sistema de comunicación
: Gedisa Editorial
: 9788497847001
: Comunicación
: 1
: CHF 8.70
:
: Technik
: Spanish
: 141
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
¿Es igual la adolescencia en un mundo repleto de pantallas-espejo en el que mirarse y proyectar la identidad? Si es distinta ¿Es porque las nuevas generaciones son distintas o porque los medios de comunicación con los que se relacionan los adolescentes son distintos? Se habla de generaciones digitales, de niños de la edad electrónica, de nativos digitales y otras expresiones que intentan captar y grabar en la sociedad el sentimiento de un cambio. Eso sí, usando la misma retórica llena de imágenes de los mismos medios que hoy dominan la escena. Expresiones impactantes erigidas más por lúcidas intuiciones que por la observación científica. Dentro de esa relación entre adolescentes y las distintas pantallas y dando prioridad a afirmaciones construidas a partir observaciones detenidas y reflexivas, el libro aborda temas como: las paradojas insertas en la investigación social de lo que los adolescentes hacen con los medios de comunicación, la creación de identidades juveniles por parte de la televisión, los aspectos comunes que conforman la oferta de los medios de comunicación destinados específicamente a los jóvenes y adolescentes y que configuran su gusto, los modelos de la literatura o de las propias pantallas que explican distintas generaciones de adolescentes, el lugar de los jóvenes en la expansión de la telefonía móvil y, a la vez, el significado de la telefonía móvil para los jóvenes y adolescentes, y la relación que tienen con Internet. En definitiva, por su variedad y profundidad, una polifacética mirada que configura un indudable punto y aparte en esa siempre preocupante relación que tienen los adolescentes con los medios de comunicación.

 

Introducción

Javier Callejo Gallego

 

Umberto Eco reflexionaba hace algunos años, tras dirimir entre apocalípticos e integrados, que la generación de jóvenes que protagonizó el mayo de 1968 era básicamente la primera que había crecido con las imágenes de latelevisión de fondo doméstico. Por lo tanto, se deducía, los temores sobre lacapacidad absorbente, homogeneizadora y acrítica del medio eran infundados. La pantalla de televisión estaba allí, irrebatible e inexorablemente, pero la vida cotidiana, los conflictos sociales y los problemas del día a día explotaban de igual manera, sin que hubiera pantalla que los frenara. A lo sumo, servía para dar mayor relieve al acontecimiento o grabarlo en nuestras retinas. Pero la generación de la pantalla televisiva era crítica, activa, rebelde. Al menos, tan crítica o acrítica, activa o pasiva, rebelde o conservadora, como sus antecesoras, sin que pudiesen atribuirse al consumo del medio de comunicación consecuencias en la génesis y desarrollo, más alláde lo instrumental, de tales actitudes. Sin embargo, no por llegar a talesconclusiones se calmaron las inquietudes de las sociedades: esa sensación de que algo estaba pasando, en clave generacional, con la relación con los medios de comunicación; la sensación de que quienes crecían bajo el paraguas del consumo de un medio de comunicación eran necesariamente distintos de quienes habían crecido antes bajo el paraguas de otros medios de comunicación.

La percepción general de que la comunicación mediada estaba cambiando nuestras sociedades está presente desde el mismo comienzo de la modernidad; pero con la extensión de cada nuevo medio en las propias sociedades, extensión cada vez más acelerada, tal percepción se ha intensificado. Evoluciones de las sociedades que parecen, además, aumentar la heterogeneidad de las mismas en función de la propia relación con la comunicación mediada. Aparece así la sombra de una estructura y una estructuración de la sociedad en las que las relaciones que tienen distintas categorías sociales con los medios de comunicación tienen mucho que decir. Sobre todo, en clave de intensidad-velocidad de adaptación a la propia evolución del sistema de comunicación mediada. Categorías que se adaptan tan rápidamente que se convierten en protagonistas de tal evolución. Categorías que, socialmente más rígidas o fijadas en rutinas de fases anteriores del sistema de comunicación mediada, presentan mayores dificultades para tal adaptación. Entre las primeras, sin duda, los adolescentes, que parecen marcar, además, la forma de adaptación a las transformaciones del sistema de comunicación mediada.

Los adolescentes actuales crecen con la pantalla de televisión, ahora en su habitación, y posiblemente con tres o cuatro pantallas más: la de los ordenadores de casa y la escuela, la del teléfono móvil o celular, la que dedican a los videojuegos y, aquellos con mayores recursos familiares, la del video de los asientos de atrás del coche o la de latablet. Su ecosistema tiene tanto oxígeno como imágenes a través de las pantallas. La presente compilación de textos escritos por distintos autores intenta dar una visión plural del fenómeno: desde distintos ámbitos de las ciencias sociales, desde distintos países, tomando como referencia distintos medios y, por lo tanto, distintas pantallas, desde distintas formas de aproximación empírica y desde distintas concepciones teóricas y estilos retóricos. Se propone así una introducción en el fenómeno de la relación de los jóvenes y adolescentes con los medios de comunicación desde la diversidad.

Dada la relevancia que se da en el libro a la observación empírica de la relación entre adolescentes y medios de comunicación, el primer trabajo se centra en algunas de las características de esta observación, tan socialmente legitimada por su objeto. Para ello,