: Gilles Ménage
: Historia de las mujeres filósofas
: Herder Editorial
: 9788425430299
: 1
: CHF 7.80
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: Philosophie: Antike bis Gegenwart
: Spanish
: 162
: kein Kopierschutz
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Escrito por Gilles Ménage en 1690, gran latinista y preceptor de Madame de Sévigné y Madame de La Fayette, Historia de las mujeres filósofas es un libro sin precedentes sobre las pensadoras de la Antigüedad. Similar a una enciclopedia, Ménage da cuenta de quiénes fueron y qué dijeron. Sesenta y cinco mujeres a las que hoy difícilmente encontraríamos en nuestros diccionarios filosóficos. Este libro devuelve la palabra a pensadoras silenciadas por la historia, las rescata del mero papel de hijas, esposas o amantes de notables filósofos y las considera protagonistas de un quehacer intelectual en pie de igualdad con el resto de los pensadores. 'No es que no hayan existido mujeres que filosofaran. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de haberse apropiado de sus ideas'. Umberto Eco

FILÓSOFAS DE ESCUELA INCIERTA

HIPO (ca. sigloXII a. C.). Hija del centauro Quirón, que enseñó a Eolo la observación de la naturaleza, según testimonio de Clemente de Alejandría en el libro i de losStromata12 y de Cirilo en el libroIV deContra Juliano.13 Pues la observación de la naturaleza es una parte esencial de la filosofía. También en el libroIV14 de losStromata, de Clemente, Eurípides recuerda a Hipo como adivina y mujer versada en cuestiones astrológicas.

ARISTOCLEA (sigloVI a. C.). Se verá más adelante con el nombre de Temistoclea, en el apartado de las pitagóricas.

CLEOBULINA (fl. 570 a. C.). Hija de Cleóbulo, uno de los siete sabios de Grecia, por eso conocida vulgarmente así, aunque a ella su padre (son palabras de Plutarco) la llamaba Eumetida. Escribió enigmas en versos hexámetros que elogió Ateneo en el libroX, capítuloXV.15 Aristóteles, en el libroIII, capítuloII de laRetórica, cita este célebre enigma sobre la aplicación de la ventosa: «Vi a un hombre que con fuego soldaba bronce sobre otro hombre».

Plutarco testifica en elBanquete de los siete sabios16 que este enigma es de Cleobulina. En este mismo libro Tales la llama «la sabia», lo cual el compilador del índice de Plutarco interpreta que significa «dedicada a la filosofía». Y así estimaba Charles Caton de Court,17 varón de doctrina y modestia singulares, que tenían que ser interpretadas estas palabras. La recuerda Cratino en la piezaCleobulinas,18 obra que escribió sobre su nombre. Pues indican Laercio en su «Cleóbulo»19 y Ateneo en el libroIV, capítuloXXI,20 que esta pieza se conoce con el nombre en plural. Menos correctamente en singular,Cleobulina, esta obra es citada por Pólux en el libroVII, capítuloXI.21 Sobre Cleobulina, además de Plutarco y Laercio en los textos citados y de Suidas en «Cleóbulo», hay que consultar a Clemente de Alejandría en el libroIV de losStromata,22 en el que dice que ella lavaba los pies de los huéspedes de su padre. Sabemos por Homero en laOdisea, cantoXIX, por el apóstol Pablo en la Primera carta a Timoteo, capítuloV, por el libroI, capítulo<