Prólogo a la edición española
Déficits neurocognitivos y psicosis
Jorge L. Tizón
Desde que comenzamos esta colección sobre Psicopatología y Psicoterapia de las Psicosis (3P), hemos intentado que su perspectiva fuera tanto interdisciplinaria, con volúmenes dirigidos a las diversas profesiones de los servicios asistenciales, como interparadigmática, con volúmenes o libros basados en los diversos paradigmas o matrices científicas mediante los cuales se orientan hoy el estudio y los intentos de ayuda a los pacientes con psicosis. Pensábamos que ello era imprescindible para realizar un enfoque integral y biopsicosocial de las psicosis. Por tanto, en esta colección no podían faltar libros o volúmenes basados en una perspectiva biopsicológica, es decir, en la confluencia entre ambas ciencias (biología y psicología) dentro de una perspectiva más amplia, más integral, más biopsicosocial.
Hoy en día parece admitido por todos que los pacientes con psicosis, a nivel individual, padecen al menos tres tipos de déficits: emocionales, cognitivos y neurológicos. Eso no significa que se puedan separar unos y otros déficits o dificultades, lo que implicaría trasnochados planteamientos de dualismo o de paralelismo ontológico. Sin embargo, el campo es lo suficientemente amplio y complejo como para que sea imposible integrar siempre las aportaciones de las tres grandes ciencias de base de la medicina (biología, psicología y socio-antropología) en cada enfoque o tema de la psicosis y de esta colección. Por eso, habiéndonos movido habitualmente en el campo de lo psicológico y psicosocial, nos interesaba demostrar que esa tendencia no era otra forma de reduccionismo, en este casopsicologista, que ya venimos criticando desde 1978. Es decir, que nuestra especialización en la colección, ese forzado «paralelismo heurístico», deseábamos ya de entrada que no se confundiera con una perspectiva dualista o psicologista del tema. De ahí que estemos interesados en publicar obras que permitan estudiar y tratar los complejos entramados biopsicológicos y psicobiológicos de las psicosis, de los que hoy ya poseemos pruebas fehacientes.
En efecto, hoy nadie puede negar, como decíamos, la importancia de los déficits y problemas cognitivos en las psicosis, al menos a nivel de las funciones de memoria, atención y ejecución. Es difícil soslayar hoy la premisa, inicialmente psicologista, de que esos déficits poseen una base psicológica, es decir se basan en procesamientos psicológicos inadecuados. Sin embargo, tal vez de una forma menos reduccionista, habría que tener en cuenta que también existen bases biológicas para tales dificultades de procesamiento. Hoy incluso puede hablarse de «defectos neurológicos microestructurales en las psicosis», mucho más observados, descritos y sistematizados que hace una o dos docenas de años (Schore, 1994; Eisenberg, 1995, 1999; Andreasen, 1997; Kendler, 2005; Kandel, 2007; Federet al. 2009; etcétera). De ahí la importancia de integrar una perspectiva cognitiva y una perspectiva neurológica de las psicosis para una visión holística o integral del problema. De la perspectiva cognitiva llevamos ya traducidos numerosos trabajos, y les seguirán otros más. De la perspectiva estrictamente neurológica, tan sólo habían aparecido algunos trabajos incluidos en volúmenes previos, como el de Rishovd en el libro de Johannessenet al.,Evolución de las psicosis. Por eso nos parece especialmente indicada la publ