: Jorge Eines
: Hacer actuar
: Gedisa Editorial
: 9788497844208
: Arte y acción
: 1
: CHF 8.80
:
: Theater, Ballett: Allgemeines, Nachschlagewerke
: Spanish
: 176
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
A pesar de que los contenidos teóricos de los estudios iniciales de Stanislavski y su articulación con el psicoanálisis, la Gestalt o el psicodrama han proliferado y miles de escuelas en el mundo han pretendido ocultar el hueco metodológico propiciado por Lee Strasberg con aportaciones psicológicas que facilitaran la búsqueda personal, Jorge Eines opina que se trata de un inmenso error: cualquier individuo es libre para autolesionarse, pero un profesor no debería impulsarlo a que lo hiciera. La técnica es una regla de seguridad; de lo contrario, el arte se desplaza hacia un extremo en el que ya no hay arte. Así, la técnica de la interpretación es concebida como un proceso en el cual el actor o el alumno de Arte Dramático se interroga a sí mismo sobre los límites de su propio arte. En Hacer actuar, el actor en formación y el ya formado (si esto es posible, pues un actor nunca está formado del todo) encontrarán una firme, vibrante y esclarecedora defensa de la técnica como esencia del oficio de actuar que hace factible la aparición del talento, pues éste, en opinión del autor, no se posee: se conquista.

Jorge Eines. Catedrático de Interpretación, director de teatro, teórico de la técnica interpretativa y miembro fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España. Director de la escuela de Interpretación Jorge Eines. Sus montajes escénicos y libros gozan de un amplio reconocimiento y prestigio internacional. Entre los numerosos espectáculos que ha dirigido en diferentes países destacan el Woyazeck de Georg Büchner,Fuenteovejuna de Lope de Vega,Alrededor de Borges y Los paraísos perdidos, ambas de Jorge Luis Borges, Dandin de Molière, La señorita Julia de Auguste Strinberg, los vanguardistas montajes de Antón Chéjov: Ivanov, Tío Vania y La gaviota, El precio de Arthur Miller, Caminos del cielo de Juan Mayorga, Babilonia de José Ramón Fernández,Bodas de sangre de Federico García Lorca, Macbeth, Ricardo III de William Shakespeare, y Peer Gynt de Ibsen, espectáculos que han recibido numerosos galardones del público y la crítica de diversos países del mundo. Así mismo es autor de los libros Alegato a favor del actor, Formación del actor, Didáctica de la dramatización, Hacer actuar, El actor pide y Las 25 ventanas, todos publicados en la editorial Gedisa. Prepara su octavo libro La astucia del cuerpo.

CAPÍTULO ILA RELAJACIÓN


La enfermedad profesional


Desde que Stanislavski la colocara como una de las piedras angulares de su método de interpretación, la relajación forma parte de cualquier discusión sobre el trabajo actoral. No siempre, sin embargo, se entiende bien en qué consiste esa relajación, para qué le sirve al actor, cómo debe usarla y cuándo.

Como consecuencia de lo que podríamos denominar la «línea Lee Strasberg» –que va decantándose en los Estados Unidos y de ahí pasa a Europa, y que va apropiándose de buena parte del discurso stanislavskiano–, la palabra «relajación» adquiere una enorme significación.

Strasberg definía la tensión como la enfermedad profesional del actor. Como enfermedad debía ser frontalmente atacada, rigurosamente modificada, dado que su existencia comprometía la recuperación de la emoción en la tranquilidad, que es el fundamento de todo el discurso teórico-técnico nacido con él. Vemos que hay una relación específica entre relajación y emoción: cuando Strasberg habla de tensión y de enfermedad profesional se está refiriendo a la dificultad de que surja la emoción si no es en condiciones de una tranquilidad suficiente. Esta afirmación–la relación causa-efecto entre la distensión y la emoción y el hecho de que la relajación esté necesariamente asociada a la obtención de vida emocional– la podemos poner en cuestión.

Desde este supuesto se podría llegar a afirmar que hay una relajación en la vida y una relajación en el arte;que la relajación en el arte es utilitaria y su existencia está basada en la necesidad de obtener la emoción.

Nuestro planteamiento, en cambio, es distinto. Creemos en una relajación para acceder al conocimiento, y esto es indisoluble al arte que nos ocupa en tanto que el conocimiento es intercambio fluido con lo que se encuentra fuera.

Un actor tenso realiza un mal intercambio. Esto le lleva a una mala asimilación y de ello resulta un personaje mal aprendido en la práctica. A lo sumo racionalizado, pero no generado en un proceso de trabajo.

Son dos posiciones opuestas respecto a la utilización de la relajación. En un caso se trata de recuperar emocionalmente algo ya vivido, mientras que, en el otro, se trata de construir a través del intercambio con lo externo para eliminar las barreras que impiden una correcta interacción.

Distensión y conocimiento


Éste es el objetivo principal de la relajación. Es cuestionable la relación relajación-recuperación emocional, ya que no hay una vinculación, ni orgánica ni psicológica, entre la relajación y la emoción. Eso de que a través de la relajación podamos tener acceso a las vivencias que necesitamos llevar a la escena es un supuesto una y otra vez cuestionado por la experiencia de los actores.

El que sea cuestionado no quiere decir que un correcto estado de relajación no pueda favorecer la aparición de determinadas cosas del mundo afectivo. Pero no llega a ser una respuesta técnica porque en el suceder psíquico hay demasiados contenidos que no están sujetos a la voluntad.

Lo que sí es verificable es la relación entre un buen estado de relajación y un buen conocimiento, y, a través de esto, o asociado a ello, el que se pueda acceder al universo afectivo. La relación entre relajación y conocimiento es una condición irrenunciable. Insisto en que entiendo por conocimiento, intercambio; si no hay intercambio, no hay conocimiento. Uno aprende a salir al encuentro de eso que está afuera, no se prepara para buscar lo que está dentro. Lo que pasa es que saliendo al encuentro de lo que está afuera, uno encuentra cosas de las que están dentro.

Prepararse para ser un buen receptor conduce a favorecer la respuesta inmediata. Tanto desde el punto de vista de la reacción motora como desde el punto de vista de la reacción emocional.

Prepararse para recibir al personaje


La relajación está en función de la apertura al exterior. Este esquema es radicalmente distinto al de Strasberg, en el que la relajación sirve ante todo para la introspección. La relajación busca una relación fluida con el entorno. Más que acceder al interior de uno mismo, debe ser el puente para acceder a lo