LA POSTURA DE MEDITACIÓN
Introducción
Normalmente pensamos en la postura de meditación como una actividad que involucra a nuestra mente, pero lo cierto es que la meditación se inicia asumiendo un gesto concreto con el cuerpo. Este gesto o postura forma la base literal de sustentación de la que en definitiva depende la indagación focalizada de la meditación. Si construimos una casa con cimientos defectuosos, nos creamos grandes dificultades a la hora de habitarla. De igual modo, si no concentramos nuestra atención inicialmente en establecer una postura que apoye y facilite de forma natural el proceso de meditación, nos creamos muchas dificultades a la hora de intentar avanzar en nuestra búsqueda meditativa.
La palabra «postura» viene del latínpositura, que significa «posición», yponere, «poner». Aplicada, como es costumbre, a la estructura y apariencia de nuestro cuerpo, se refiere a cómo lo posicionamos o colocamos en el espacio y a cómo los distintos segmentos del cuerpo se relacionan entre sí. Además, la postura o la adopción de posturas puede referirse a una actitud o imagen de nosotros mismos que creamos, con la que nos identificamos y que proyectamos conscientemente. El andar resueltamente desgarbado de una persona alienada o enfadada, la musculatura excesivamente desarrollada que trata de ocultar inseguridad y la afectación de confianza desenfadada que adopta un abogado empeñado en convencer a un jurado son imágenes de sí mismo que dependen del posicionamiento del cuerpo para conseguir el efecto buscado. Haciendo esto creamos diferentes posturas que expresan diferentes actitudes.
En la mayoría de casos la adopción de posturas o poses de esta clase va acompañada de una connotación de falta de naturalidad. Podemos tensar los músculos del cuerpo y mantener distintas posturas para crear la personalidad o imagen de nosotros mismos que nos apetece. Esto es precisamente lo que hacen los actores cuando intentan tomar posesión de un papel y es por ello que en las escuelas de teatro se dedican muchas horas al aspecto puramente físico del oficio de actor. Sin embargo, el estado natural del ser humano, como el de cualquier animal, es estar equilibrado y relajado. Manipulando nuestro cuerpo conscientemente para poder crear y proyectar una imagen determinada de nosotros mismos, limitamos nuestro espectro de expresión, restringimos la circulación natural de la energía por el cuerpo y la mente y renunciamos a la facilidad de equilibrio y relajación que nos pertenece como auténtico derecho fundamental.
La voz francesaposeur describe esta condición con toda exactitud. Se refiere a alguien que intenta ser algo distinto de lo que él o ella naturalmente es, a un impostor. Contrastada con esta forma antinatural de estar en el cuerpo, la postura de meditación alinea nuestro cuerpo y mente de la manera más cómoda y desprovista de afectación con las grandes fuerzas de la naturaleza que nos condicionan. De esta manera nos aceptamos como somos de verdad y no sentimos ninguna necesidad de ser algo distinto de lo que naturalmente ya somos. A medida que apr