: José Mario Bergoglio, Joseph Ratzinger
: Hacia un ecoevangelio El llamado ecológico de los papas Benedicto y Francisco
: Herder Editorial
: 9788425431968
: 1
: CHF 12.30
:
: Christentum
: Spanish
: 408
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Ecoevangelio es el concepto que mejor define el llamamiento del papa Benedicto XIV y Francisco a favor de una ecología humana y del medio ambiente. El mensaje vivo de la teología lúcida y la espiritualidad compasiva de estos dos pastores ecuménicos va más allá del simple concepto de protección de la naturaleza, para llegar al corazón del problema, que es de naturaleza ética y teológica. La creación es un regalo y el hombre no puede disponer de ella a su antojo, sino que debe custodiarla para ayudar a cumplir el designio de Dios inscrito en la naturaleza. Debemos respetar nuestra casa común, la Tierra, así como los derechos humanos y cósmicos de toda vida en ella, frente a la cultura de la exclusión y el desperdicio. Paz, justicia y salvaguardia de la creación son tareas inseparables, y el único camino hacia la paz y la armonía. Este libro contiene una selección de textos pronunciados por el Papa Benedicto XVI y la encíclica Laudato si', en la que el Papa Francisco prolonga, profundiza y amplía, a la altura de los tiempos, el llamamiento de Benedicto por una ecología humana y cristiana que, puntualiza Francisco, debe ser universal y profunda, sin excluir a ninguna persona, ni descartar ninguna vida.

Jorge Mario Bergoglio (Argentina, 1936), fue arzobispo de Buenos Aires durante más de 15 años. El 13 de marzo de 2013 fue elegido Papa, tomando el nombre de Francisco.

PRÓLOGO

El ecoevangelio de Francisco y Benedicto

 

En griego, «eco»(oikos)es hogar y «evangelio» significa anuncio gozoso. Ecoevangelio es el concepto que mejor cuadra para definir la encíclicaLaudato si’del papa Francisco, así como los frecuentes llamamientos del papa Benedicto en favor de una ecología humana. Ambos lenguajes son «ecoevangélicos». No solo el discurso experimental en laboratorios de ecología, ni tampoco el discurso escolástico en clases de teología. Un discurso concreto, vivido y espiritual, de corazón a corazón: desde el corazón del Evangelio al corazón de los hogares. Afectiva y efectivamente, esta encíclica —que se publica en la presente edición acompañada por las exhortaciones del pontífice anterior— merece ser recibida con el talante con que está escrita: como una homilía o coloquio del pastor con el pueblo creyente, conversación familiar y discernimiento espiritual de ecoevangelio. Es Evangelio, porque es Buena Noticia. Es ecoevangelio, porque su palabra responde al clamor de casas amenazadas: nuestra casa común, la Tierra, víctima de la explotación humana; y los hogares de millones de familias, a menudo casi sin techo, amenazadas a causa de la misma explotación.

Francisco y Benedicto escuchan el grito desgarrador de la Tierra («la creación, en anhelante espera», Rom 8,19) y el clamor apenado de los pobres. Benedicto y Francisco escuchan la voz del Espíritu de Vida («El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena nueva a los pobres, me ha enviado a proclamar a los cautivos libertad, y recuperación de la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor», Lc 4,17; Is 61,1-2). De este doble encuentro, escuchando a las víctimas y con atención a la inspiración del Espíritu, nace el encargo ético del cuidado y el mensaje evangélico de la esperanza:ecoética y ecoevangelio.

La encíclicaLaudato si’prolonga, profundiza y amplía, a la altura de los tiempos, el llamamiento reiterado de Benedicto por una ecología humana y cristiana. Dos claves del acento con que habla Francisco: una voz desde lo hondo del Espíritu y con resonancia en las periferias más arrinconadas; actitud espiritual, a la vez ignaciana y franciscana, del discernimiento y la liberación. Son palabras pronunciadas desde el Espíritu y desde el sur; desde el Espíritu, que da vida, y desde el sur del planeta, que anhela poder vivir. La encíclica nos convoca a salir hacia las periferias con la fuerza del Espíritu para salvar un mundo lacerado con multitud de víctimas: las tierras y los pobres. Nos llama a salir de autorreferencias y autosuficiencias, para contemplar y crear, cuidar y custodiar al mundo necesitado. Es una espiritualidad contemplativa y comprometida con la obra del Creador; una espiritualidad atenta a la llamada centrípeta del Espíritu de Vida, que unifica y vivifica todo en todo; sensible al clamor centrífugo de las víctimas, que hace salir de sí hacia todas las periferias de exclusión; alerta ante el grito desgarrador del planeta, amenazado por quienes debían ser sus cuidadores. Así es como predica al unísono la voz de los dos papas del sigloXXI, recopilada en la presente edición conjunta delecoevangelio de Benedicto y Francisco.

Al resaltar la ecología humana, Francisco puntualiza: universalmente humana, es decir, de toda la humanidad sin excluir a ninguna persona víctima de la explotación injusta. Al acentuar la ecología profunda, Francisco precisa: con la profundidad del Espíritu de Vida, fuerz