: Boris Cyrulnik, Marie Anaut
: Resiliencia y adaptación La familia y la escuela como tutores de resiliencia
: Gedisa Editorial
: 9788416572748
: 1
: CHF 6.10
:
: Theoretische Psychologie
: Spanish
: 96
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
El principal escenario en el que se desarrolla la resiliencia, entendida ésta como el proceso frente a situaciones de adversidad que nos permite un aprendizaje mediante la experiencia, incluye dos de las principales instituciones de socialización: la familia y la escuela. En cada una de ellas hemos encontrado una figura importante que promueve el desarrollo socioemocional de los niños: la de los padres y la de los docentes, respectivamente. Es esencial que las profesoras y profesores se conviertan en tutores de resiliencia, como sostiene Cyrulnik (1999), cuando se trata de niños de centros de educación especial que padecen diversos tipos de discapacidad (sordera y ceguera, autismo, algún grado de retraso mental, etc.). Los guías o tutores de resiliencia son personas que proporcionan seguridad a estos niños en situaciones traumáticas o nocivas, que les ayudan a superar la adversidad y les enseñan estrategias para desarrollar sus fuerzas y sus competencias. Por este motivo, es crucial que los docentes posean las estrategias y competencias apropiadas para que puedan ser una fuente adecuada de soporte emocional. Este libro nos permite profundizar en este concepto fundamental gracias a las reflexiones de especialistas como Rosa Mateu-Pérez, Mónica García-Renedo, Raquel Flores-Buils, José Manuel Gil-Beltrán, Antonio Caballer-Miedes, Stephan Hedrick, Jennifer Deni, Corinne Zacharyas, Luc Brunet, María de las Olas Palma, Isabel Hombrados-Mendiete y Cristina Villalba Quesada.

Boris Cyrulnik, (Burdeos, 1937) es uno de los grandes referentes en la psicología moderna. Neurólogo, psicoanalista, psiquiatra y etólogo de formación, está considerado como uno delos padres de la resiliencia, es decir, la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y a las situaciones adversas. Editorial Gedisa ha publicado algunas de sus obras más influyentes, como Los patitos feos (sobre la superación de los traumas infantiles), Me acuerdo (donde narra su experiencia resiliente escapando de los campos de concentración) y Las almas heridas (sobre los mecanismos de la memoria y su decisión de ejercer la psiquiatría).

Promoción de la resiliencia en las escuelas de educación especial

Rosa Mateu Pérez, Mónica García Renedo, Raquel Flores Buils, José Manuel Gil Beltrán y Antonio Caballer Miedes

Introducción

El principal escenario en el que se desarrolla la resiliencia —entendida como proceso generado por las personas que afrontan situaciones de adversidad y que les permite reforzarse y adquirir un aprendizaje mediante la experiencia— incluye dos de las principales instituciones de socialización: la familia y la escuela.

En cada una de ellas, hemos encontrado una figura importante que promueve el desarrollo socio-emocional de los niños: la de los padres y la de los docentes, respectivamente. Estos últimos son particularmente esenciales cuando se trata de centros de educación especial, cuyos alumnos son niños que padecen diversos tipos de discapacidad (sordera y ceguera, autismo, retraso mental). Considerando sus factores naturales de riesgo, es esencial que los docentes se conviertan en tutores de resiliencia (Cyrulnik, 1999). Los guías o tutores de resiliencia son personas que, en situaciones traumáticas o nocivas, dan seguridad a los niños, les ayudan a superar la adversidad y les enseñan estrategias para desarrollar sus fuerzas y sus competencias. Los tutores/guías de resiliencia pueden proporcionar a los alumnos y a sus familias una sensación de seguridad, les aportan ayuda y consejos, además de enseñarles estrategias en situaciones de adversidad o traumáticas, especialmente en la dimensión afectiva y emocional. Por este motivo, es crucial que los docentes posean las estrategias y competencias apropiadas para que puedan ser una fuente adecuada de soporte emocional.

A partir de esta idea —y tras la aplicación positiva en dos escuelas de Castellón (España) del programa de formación sobre la resiliencia titulado «Hacia una escuela resiliente: resiliencia y sufrimiento en el contexto educativo», cuyo objetivo era proporcionar a los docentes herramientas y estrategias destinadas a favorecer la resiliencia en las escuelas y ofrecerles orientación para actuar frente a un acontecimiento traumático—, el Observatorio Psicosocial de Recursos en Situaciones de Desastre (opside) de la Oficina de Cooperación con el Desarrollo y la Solidaridad (ocds) consideró necesario reproducir estas experiencias mediante la aplicación de dicho programa de formación en el Colegio de Educación Especial La Encarnación (Torrent, Valencia), después de que los docentes de esta escuela y elcefire (Torrent, Valencia) solicitaran su desarrollo en este centro educativo.

A continuación, mostraremos el proceso que se siguió para llevar a cabo el proyecto.

Programa de formación: experiencia previa

El programa de entrenamiento sobre resiliencia fue implantado inicialmente en dos escuelas de Castellón, con un total de 35 docentes de escuelas primarias y parvularios, que trabajaban en diversos niveles educativos y con distintos tiempos de experiencia en la enseñanza.

El objetivo de este programa era proporcionar a los docentes herramientas y estrategias que les permitieran promover la resiliencia en su clase y, de este modo, darles guías de comportamiento para actuar ante un acontecimiento traumático y así poder comportarse como «tutores o guías de resiliencia». Este programa duró 30 horas, con sesiones teóricas y sesiones prácticas constituidas por actividades en grupo o individuales. La tabla 1 resume el contenido del programa.

Con el fin de evaluar el programa de formación, concebimos un cuestionario formado por 42 puntos que contienen información sobre los recursos internos y externos utilizados por los docentes, en relación con su práctica profesional y con la promoción de la resiliencia. De entrada, evaluaba las convicciones de los docentes (20 puntos) y los contenidos en relación con los diferentes aspectos de la resiliencia (10 puntos); luego, evaluaba los recursos de los docentes (12 puntos). La escala de puntuación era del tipo Likert, de 0 (nunca) a 4 (siempre); los docentes debían indicar s