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Tres lecciones básicas de «Estructura y sistema mundial de la información»
Fernando Quirós, Joaquín Sotelo González y Ana I. Segovia
1. Una asignatura entre lo permanente y lo cambiante
En la enseñanza de la asignatura «Estructura y sistema mundial de la información» (en adelante, «ESMI») confluyen elementos estáticos o invariables, que constituyen un objeto de estudio poco sujeto a cambio, y elementos más volátiles o variables, que son también objeto de estudio en el marco de la asignatura, pero que son más cambiantes. Ejemplos de los primeros podrían ser las teorías propias de la asignatura o los aspectos históricos de la misma. Ejemplos de los segundos son los cambios que se producen constantemente en las industrias y los mercados de la Comunicación: cambios en la propiedad empresarial; fusiones; aparición o desaparición de actores; cambios regulatorios; nuevos entornos tecnológicos; etcétera.
Conocer las variaciones en esos objetos de estudio de la asignatura más vinculados al cambio es precisamente una tarea continua de investigación que debemos afrontar tanto los profesores como los estudiantes, ya que, en el negocio de la Comunicación, cualquier intento explicativo ha de ser permanentemente actualizado. Y éste es el motivo principal por el que no existe —ni existirá— un manual definitivo de la asignatura, porque los datos con los que dicho hipotético manual se pudiera redactar hoy, mañana —literalmente— podrían no tener ya validez y ser, por tanto, un manual en gran parte obsoleto. Nuestra materia no es de foto fija, sino más bien de relato en constante desarrollo. No obstante, podemos encontrar un objeto de estudio principal de nuestra materia que conecta elementos estáticos y variables: la concentración de las empresas mediáticas.
1.1. Objeto de estudio principal
La concentración de la propiedad de las empresas mediáticas y culturales es el objeto de estudio básico y principal de la materia «ESMI», por las razones siguientes:
1. La producción cultural se concentra en unas pocas empresas, que vienen a coincidir con las corporaciones dedicadas a la búsqueda, recopilación, elaboración y difusión de mensajes periodísticos.
2. Estas corporaciones están en manos de, o participadas por, empresas ajenas al sector mediático-cultural, especialmente entidades financieras, ya sea mediante la propiedad directa, la financiarización o los Consejos interconectados.
3. Estas corporaciones están convergiendo entre ellas, al tiempo que lo hacen las operadoras de telecomunicaciones y las empresas tecnológicas, y los tres tipos de empresas muestran una integración creciente.
4. Los verdaderos propietarios de las industrias mediáticas y culturales son los mismos que concentran en sus manos el poder de tomar decisiones en el capitalismo global.
Obviamente, la «ESMI» se ocupa de más temas, que deben ser asimismo abordados, pero teniendo muy en cuenta el fenómeno estructural de la concentración. Por ejemplo:
1. En el estudio de los contenidos informativos, en tanto que la pretendida independencia y objetividad de las informaciones y las líneas editoriales se pierde de forma acelerada a medida que las empresas periodísticas se concentran (Murdock, 1990).
2. En el estudio de los contenidos culturales, en tanto que la concentración en apenas una decena de empresas produce, reproduce, conserva y difunde servicios y bienes culturales según criterios industriales y comerciales, es decir, en serie y aplicando una estrategia de tipo económico, en vez de perseguir una finalidad de desarrollo cultural (UNESCO, 1982). Por este motivo, se convierten en elementos facilitadores del triunfo y el mantenimiento de la anticultura del consumo, en el que la rentabilidad de un producto cultural, y no su calidad, resulta ser el criterio fundamental para su producción y difusión a todos los niveles. Asociada con esta parcela de la investigación, aparece la imposición de unas culturas sobre otras, la uniformización cultural y el imperialismo cultural, ya se trate de medios convencionales o digitales.
3. En el estudio de las políticas públicas, en tanto que la desregulación es un proceso que se puso en marcha para favorecer la concentración de la propiedad y la entrada en las empresas mediáticas de conglomerados de otros sectores. Es precisamente la propied