Prólogo
Prólogo Invitación a la lectura de este libro
El conocido adagio platónico por el cualtodo conocimiento en el fondo es recuerdo podría quedar invertido ejerciendo la sentencia al revés:el recuerdo es conocimiento. La operación apenas parece relevante, pero en realidad trastoca totalmente la misma idea del conocer, y supondrá una gran revolución llevada a cabo por parte de los grandes maestros de la literatura contemporánea como Proust, Joyce o Kafka. Sus respectivas escrituras, sobre todo la del primero, son célebres por su rememoración libre y aparentemente caótica, que sin embargo nos abren, en su detalle y carácter anecdótico, a un encuentro inesperado con fondos universales del alma humana y de la vida. Walter Benjamin fue lector, traductor y habitante de la obra proustiana, y también de otros maestros franceses como Baudelaire, que hizo del paseo sin rumbo (flaneur) en la ciudad parisina una vocación y una iniciación. Y como buen traductor e incansable estudioso, como decidido explorador de los textos, de la vida y de las riquezas ocultas que guarda la experiencia, supo Benjamin, o no pudo evitar, un aprendizaje por ósmosis, se diría que por contagio, sin más aviso que la destilación y transformación constante de su escritura, que fue su campo de trabajo y experimentación, y sus tesis e iluminaciones no sólo pueden o han de ser pensadas, sino rumiadas desde la silenciosa lectura y el encuentro con sus textos. Ahora bien, este intento puede cobrar sus tributos, es más, debe hacerlo.
Es posible que al asumir así la obra benjaminiana nos abramos también a ese fascinante contagio. Podría ser el caso del presente libro, pero hay que decir de su autor, el profesor José Manuel Vázquéz-Romero, ya venía habitando y conversando de un modo bastante afín al estilo benjaminiano, los textos y los autores que concitan y se trabajan en sus diversos escritos sobre krausismo, filosofía de la educación o sobre el niño y la infancia. El lector tiene así en sus manos una asunción y desempeño radical de esa afinidad de estilo y de un contagio de un modo de escribir en constante diálogo y palimpsesto de pasajes, que requiere una lectura hoy día casi proscrita: esto es, una lectura atenta, paciente, dispuesta a la relectura y ávida de nota al margen, pero también una lectura que disfruta y sabe de los frutos de la demora, que no teme al detalle o a la dislocación del hilo temático. Parece que es pedir mucho al lector, pero en realidad se requiere de una relajación, incluso de esa dispersión de la que el mismo Benjamin habló para el nuevo espectador de su tiempo que asistía al cinematógrafo. En una palabra, una lectura deestudio, en su sentido más original, y de rumia, de viaje y también de disfrute. Si pretende el ágil y presto lectortransversal buscar una síntesis rápida del presente libro, las páginas se le podrán desbocar como caballo salvaje. Pero si aguarda y lee con tiempo y paz, esas mismas páginas se abrirán como flores llenas de color y de vida, escritas desde la lectura, y también desde el cuidado y desde la entraña y el afecto. A ello se suma, al modo de la obra inacabada de Benjamin,La obra de lospasajes, un encuentro libre de diferentes citas en diferentes lenguas, un trabajo terminológico y de traducción de palabras alemanas, pero también en otras lenguas. Todo ello se presenta, no al servicio de una incomunicante erudición, tampoco con pretensión de prueba judicial o legitimación de autoridad, sino como amplio y vivo conversatorio de diferentes voces, diferentes caminos del pensar, del sentir y del vivir. Les puedo asegurar que cuando se afina esta actitud lectora, todo comienza a fluir y a desvelar una clara estructura, y un conjunto de temas, que ya se anuncian en la introducción del mismo autor, exquisito precipitado de todo el libro.
Pero entonces, ¿de qué trata esta obra? Académicamente podría decirse que aborda con profundidad los escritos autobiográficos de Walter Benjamin relativos a su infancia y juventud en Berlín, estableciendo un puente e íntima conexión con otras obras en las que se ensaya esa escritura de palimpsesto, fragmentaria y decol