ESTUDIO PRELIMINAR
EL «INCREIBLE» LOPE DE VEGA
por
Manuel Carrión Gutiez
Director de la Biblioteca Nacional
¿Quién es este Lope de Vega -Frey Lope Félix de Vega Carpio siempre en la cresta de la ola? Pocas vidas tan llenas de aparente plenitud y tan sazonadas de todo género de divinas y humanas especias para hacer sabrosa la tarea del biógrafo. ¿Cómo le vería Liaño, pintor y amigo, retratista del genio y que traía el aire de Italia en sus pinceles? Desde los retratos de Pacheco, de Tristán (?), de Juan de Courbes, de Perret, de Maura, de Selma, de Carmona, de Caxés... (1), un hombre prieto de carnes, cabellos cortos y perilla recogida nos afronta con la mirada inquieta y decidida al mismo tiempo, propia de quien, ante el toro de la vida, ha compuesto, no sin miedo, una faena «dejándose ver» mucho. En su iconografía, lo mismo que en su vida y en su obra, no permite la distancia, como si en su obsesiva presencia tratara de mantenernos atados, distrayéndonos de su verdadero ser con una mirada pretendidamente desafiante y jactanciosa que nos quisiera ocultar acaso el secreto de sus más íntimas vacilaciones.
Sólo en el cuadroLamuerte del Venerable Odón de Novara, pintado por Vicente Carducho para El Paular en 1632, Lope nos deja que le miremos sin acosarnos. Hay una noble, definitiva tristeza en esa cabeza que lleva ya sobre sí las huellas de la gubia anticipada de la muerte. Hay mucha cantidad de Lope en este retrato en el que se nos presenta por fin silencioso, por fin sin dejarse ver. ¿Un Lope menos ufano, menos galán, menos «ruiseñor»? Vamos allá.
I. Lope paso a paso
Lope ha sido el primer encargado de contarnos su vida. Y nunca, salvo en esa especie de testamento literario que esLa Dorotea, pudo tomarse a broma. Contaba su vida y le dolía, pero no pudo evitarlo:
«Bien hayan los poetas que en extraños
círculos enigmáticos escriben,
pues por ocultos no padecen daños.» (2)
Lope se escondía apenas bajo unas claves que sus contemporáneos interpretaban con facilidad, ayudados muchas veces por él mismo. Su sinceridad se convertía a veces en descaro. Cuando apareció su epistolario (3), celosa y morbosamente recogido y guardado por el duque de Sessa, se descubrió que su descaro era sólo relativo y que guardaba -ya veremos hasta qué punto para sí otras llagas más dolorosas y enconadas.
Nace en Madrid el 25 de noviembre de 1562 y es bautizado el 6 de diciembre en San Miguel de los Octoes, iglesia que estuvo emplazada donde hoy se hallan la plaza y mercado de San Miguel, en el corazón del viejo Madrid, de la villa y corte, querida y dolorosa para Lope, como una tierra de promisión:
«Viniendo yo de la desierta villa
donde nací, como otras cosas viles
que arroja Manzanares en su orilla...» (4)
Calle Mayor para nacer, en las cercanías del palacio y torre de los Lujanes, por donde anduvo preso Francisco I el