: Alberto Dou
: El tiempo: tiempo, relatividad y saberes
: Universidad Pontificia Comillas
: 9788484686354
: Estudios Interdisciplinares
: 1
: CHF 6.10
:
: Philosophie
: Spanish
: 277
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
En San Lorenzo del Escorial y durante los días 23 al 25 de junio de 1994, tuvo lugar la XX Reunión de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA) sobre el tema Tiempo, relatividad y saberes. El tiempo, tema común como el que más, resulta también misterioso, y tanto más misterioso cuanto más se lo estudia. El presente texto, que recoge lo que allí se presentó, está estructurado en base a cuatro ponencias: la primera es una ponencia marco, por lo menos en cuanto introduce con rigor y profundidad tiempos sociales e históricos y también los tiempos personales; la segunda toma el punto de vista de la antropología; la tercera analiza el tiempo de la física; y la cuarta trata el tiempo de Dios.

Alberto Dou Mas de Xaxàs fue un destacado académico y científico, miembro de varias academias y autor de numerosos estudios sobre matemática y física. Fue profesor y rector en varias instituciones, incluyendo la Universidad de Deusto y el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI). Además, impulsó la integración de matemáticas en los planes de estudio económicos y participó en proyectos internacionales, como los cálculos del Programa Apolo de la NASA. Entre sus reconocimientos, destaca la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. También es notable su contribución en la identificación del 7Q5 con el uso de la informática.

LA CIUDAD POSTINDUSTRIAL Y SUS RITMOS

Consciencia social del tiempo

Para acercamos a los múltiples problemas del tiempo social nos restringimos desde ahora a la urbe contemporánea, considerada frecuentemente como símbolo de la sociedad postindustrial, informatizada o televisada1. Esta restricción es necesaria para una comprensión menos genérica de la amplia problemática.

Bien concibamos la ciudad como un escenario2, como cronotopo3, o como contexto4, lo cierto es que la consciencia social del paso del tiempo es bastante diferente en la ciudad postindustrial y en el medio rural o en las ciudades preindustriales. Elijo este contexto, además, porque en él se dan las mayores velocidades en la sucesión de acontecimientos y porque este tipo de ciudad es, hoy por hoy, la meta real del desarrollo de las formas sociales de convivencia, en un sentido que recuerda lejanamente la plenitud aristotélica de la polis respecto de la familia y de la aldea.

Señalo en primer lugar que en esta ciudad postindustrial no es la realidad de los cambios sociales la que determina la idea dominante sobre la rapidez o lentitud del paso del tiempo, El contenido de esa idea dominante es la consciencia social que de ellos se tiene, aunque la consciencia social que llegue a imponerse tenga poco que ver con la realidad y la velocidad de los cambios5. Hay situaciones sociales de cambio acelerado que no están acompañadas de la correspondiente consciencia social de aceleración, por ej. el hundimiento político de la Unión Soviética, mientras que hay momentos en que en una ciudad se tiene consciencia dominante de cambio social acelerado sin que la realidad social ofrezca base suficiente para esa toma de consciencia, por ej. la consciencia dominante en París en mayo del '68 y la de la primavera de Praga. La consciencia social dominante es la que influye en la consciencia temporal del individuo.

El mito de la historia y del tiempo astronómico

Un primer rasgo de la consciencia dominante del tiempo es sucarácter parcialmente mítico. Los viejos mitos de la alternancias temporales, día-noche, sol-lluvia, verano-invierno han desaparecido pero han sido sustituidos en parte por las valoraciones criptomitológicas del cronómetro, de los aniversarios y centenarios, del cambio de siglo y de milenio.

Asistimos hoy a una mitologización de la historia en ciertas historias de irredentismo o en la búsqueda de orígenes milenarios de las Comunidades Autónomas. Escribe con razón Lévi-Strauss: «En nuestras sociedades la historia —y eso que se refería a la historia hecha con todos los controles de la nueva historiografía francesa— sustituye a la mitología y desempeña su misma función»6. Esta función es la de crear un marco de referencia y unas pautas de orientación en la existencia, independientes en parte de la verdad o falsedad de los mitos. Esta conciencia del decurso del tiempo y de sus momentos significativos, aun siendo mítica, es para la sociedad, «una parte esencial de su realidad»7.

Todo el hervidero de ideas dominantes, grupos de presión, conciencias corporativas, investigación científica, predominancias políticas etc., es el que se proyecta en formas bastante variadas sobre el marco referencial de los decenios, siglos etc. para justificar la existencia y las expectativas de un determinado grupo humano. El tiempo astronómico es el símbolo de muchas valoraciones: decir de algún valor ético o