IntroducciónEste libro tiene un porqué
«El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal».
ARISTÓTELES
Antes de entrar en materia me vais a permitir que me explique.
Pongamos (sin miedo) las cartas sobre la mesa.
Empezamos.
Treinta y cuatro años son muchos años. Tiempo suficiente para adquirir una experiencia y una visión personal y tiempo suficiente también para tener la necesidad de compartir ambas cosas. Eso es exactamente lo que se me pasó por la cabeza en el año 2008 cuando, tras tres décadas ejerciendo la medicina osteopática, puse en negro sobre blanco algunas de mis inquietudes sobre la relación entre el dolor de espalda y las emociones que provoca. Evidentemente lo tituléEl dolor de espalda y las emociones, y se acabó publicando dos años más tarde… ¿para qué perseguir un título rebuscado si el objetivo siempre ha sido divulgar de una forma clara y directa?
En mi ejercicio profesional, constantemente he sentido gran interés y una manifiesta atracción por esa relación plausible entre lo que sentimos, lo que vivimos, lo que hacemos (y cómo lo percibimos individualmente) y la conexión que existe entre estas maneras de vivir con la buena o mala salud de nuestro cuerpo físico. Dicho de otra manera, siempre me han fascinado las dos caras de una misma moneda (el yin y el yan, el Joker y Batman, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, lo blanco y lo negro) en nuestra salud. Una parte, digamos, emocional/vital (que no puede tocarse, pero puede interpretarse) y otra parte física (que puede tocarse, moldearse y diagnosticarse de una forma holística). Emoción y físico. Cuerpo y mente, vasos comunicantes siempre.
Pero mi necesidad de comunicarse no acabó en mi primera incursión literaria. Mi segundo intento en forma de libro, publicado dos años después que el primero, y con otro título muy coherente con mis ideas generales de salud,Más amor y menos ibuprofeno, versaba en esta ocasión alrededor de otro mal, el de cabeza, pero también seguía profundizando en esa dualidad intrínseca entre dolor y emoción, entre cuerpo y psique.
Ambos trabajos vienen a resumir la importancia de estas dos grandes enfermedades que sufre el mundo: el dolor de espalda y el de cabeza. ¿Y por qué centrarme en esos dos dolores? Pues muy sencillo: son las dos patologías con más incidencia mundial y con mayor gasto sanitario en todo el globo, y cualquiera de nosotros las puede padecer y padece en algún momento de su vida. ¿Nunca te ha dolido la espalda? ¿Jamás la cabeza? No digas mentiras. Según la revista especializadaThe Lancet Rheumatology, un nuevo estudio llevado a cabo por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, estima que aproximadamente 620 millones de personas sufren dolor lumbar en todo el mundo, una dolencia que para 2050 afectará a casi el 10 % de la población mundial. Respecto al dolor de cabeza, en 2022, se publicó enThe Journal of Headache and Pain que el 52 % de la población del planeta sufre una molestia de ese tipo cada año; y de esa cantidad, el 14 % son migrañas… ¡Guau! Esos datos fueron recopilados por investigadores de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) revisando 357 publicaciones de entre 1961 y finales del año 2020 para estimar esa incidencia global.
En la actualidad, y mientras le daba vueltas a la temática del libro que tienes entre manos, pensaba en que si tuviera que volver a escribir esos dos textos me plantearía hacerlo desde lo que yo llamo los cuatro pilares de l