: Antonio Martín Morillas, Manuel García Doncel, Antonio Blanch Xiró
: El saber interdisciplinar
: Universidad Pontificia Comillas
: 9788484685593
: Estudios Interdisciplinares
: 1
: CHF 6.20
:
: Sozialwissenschaften allgemein
: Spanish
: 240
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Históricamente hablando, hay que reconocer que la interdisciplinariedad es una disciplina joven. Hasta nuestros días, este saber ha sido creciendo a lo largo del s XX y, sobre todo, de forma acelerada a partir de la irrupción del reciente fenómeno de la globalización, cuando la interdisciplinariedad, en cuanto tal, ha comenzado a estar enmarcada de manera cada vez más técnica, honda y específica en un espacio propio. Esta juventud de la interdisciplinariedad dimana de su mismo ser en cuanto que aspira espontáneamente a la renovación, a la reconfiguración, al cruzamiento, al reposicionamiento, a la visión crítica, a la detección de lo no atendido, al ensayo y a la creatividad. Las ponencias del presente volumen Saber Interdisciplinar tienen una finalidad puramente prospectiva y como objetivo señalar algunos elementos de interés para su posterior y eventual consideración en una reflexión rigurosa, sostenida y compartida acerca de la fundamentación epistemológica de este Saber.

Prefacio

PREFACIO

Las ponencias del presente volumen “Saber Interdisciplinar” tienen una finalidad puramente prospectiva y como objetivo señalar algunos elementos de interés para su posterior y eventual consideración en una reflexión rigurosa, sostenida y compartida acerca de la fundamentación epistemológica de este “Saber”. Muchos aspectos importantes de la interdisciplinariedad quedan aquí necesariamente en la penumbra solamente esbozados pues ninguna mente, aún plural, puede aspirar a hilar en una sola visión toda la complejidad y variabilidad que, por definición, es inherente a ella. La presentación que ofrecemos posee, pues, un carácter asumidamente incompleto y provisional.

Históricamente hablando, hay que reconocer que la interdisciplinariedad es una disciplina ‘joven’. Hasta nuestros días, este saber ha sido creciendo a lo largo del sXX y, sobre todo, de forma acelerada a partir de la irrupción del reciente fenómeno de la globalización, cuando la interdisciplinariedad, en cuanto tal, ha comenzado a estar enmarcada de manera cada vez más técnica, honda y específica en un espacio propio. Esta juventud de la interdisciplinariedad dimana de su mismo ser en cuanto que aspira espontáneamente a la renovación, a la reconfiguración, al cruzamiento, al reposicionamiento, a la visión crítica, a la detección de lo no atendido, al ensayo y a la creatividad.

También desde un punto de vista histórico, podría decirse que el tipo de talento realmente interdisciplinar no aparece en Europa hasta el Renacimiento, para dejar de existir un par de siglos después, en la época dorada de la Ilustración. Ese abandono se debió precisamente a la proliferación de los nuevos conocimientos científicos y la creciente especialización en cada una de estas disciplinas. Paradójicamente esta proliferación hizo prácticamente imposible, aun para los mejores talentos, poder abarcar con seriedad más de una o dos disciplinas y poder relacionarlas en profundidad.

Muy diferente había sido la situación en la Antigüedad en tiempos de la Grecia clásica, cuando aparecieron algunos de los primeros genios interdisciplinares, de la talla de un Pitágoras, un Aristóteles, o unos pocos pero grandes filósofo-científicos presocráticos. Pero, lo que ocurrió es que, al caer el imperio romano se desplomaron las Academias y los foros de diálogo entre los sabios antes de despertar en el sigloXII, con el primer renacimiento, e ir avanzando hacia su edad de oro. Hasta llegar muy poco después a la justamente llamada era de “la Ilustración” (finales del sigloXVII y todo elXVIII) en la que aparecieron algunos genios, con plena capacidad abarcadora de saberes universales, diversos entre sí.

Uno de los últimos genios interdisciplinares fueJohann Wolfgang Goethe tal vez poco conocido como tal pero un hito a destacar en la disciplina. En él leemos que“Mis obras no son más que fragmentos de una larga confesión mía”. Toda la actividad intelectual, aparentemente tan dispersa, hallaba en la mente de Goethe un foco común de convergencia, que era precisamente la idea de “Naturaleza”, realidad grandiosa y omnipresente que él admiraba cada vez más, al intuirla como un Todo absoluto, que de alguna manera equiparaba en s