PRÓLOGO
El presente libro es singular por varios motivos, a cuál más interesante. Uno primero es porque demuestra dónde se encuentra hoy este movimiento que surgió hace ahora unos cuarenta y cinco años y todo el mundo conoce con el nombre de bioética. Durante la primera mitad de su existencia, la bioética fue un movimiento exclusivamente norteamericano. Allí se inició, a ese país pertenecieron todos los que hoy va siendo tópico llamar «fundadores de la bioética», aquellos que levantaron las primeras instituciones —elHastings Center, elKennedy Institute, los primeros departamentos universitarios— y quienes en su medio gestaron los primeros textos escritos para ayudar al profesional en el enfoque y resolución de los problemas que la nueva tecnología iba planteando en el ámbito biomédico, losPrinciples of Biomedical Ethics, de Beauchamp y Childress (1979), y laClinical Ethics de Jonsen, Siegler y Winslade (1982). A tal punto llegó el monopolio norteamericano de esta disciplina, que Albert Jonsen pud