PASSARINHO
Bate as asas, passarinho
Que eu quero voar
Me leva na janela da menina
Que eu quero amar
Me leva na janela da menina
Que eu quero cantar
Cantar como um passarinho
Gal Costa, «Passarinho»1
§1
Un pájaro no es un animal vertebrado. No es un animal ovíparo de respiración pulmonar, no tiene la sangre a temperatura constante ni está dotado de un pico córneo que adquiere las más diversas formas según su hábitat y alimentación. Un pájaro no tiene el cuerpo cubierto de plumas ni cuenta con dos patas y dos alas con las que, en la mayoría de los casos, vuela para desplazarse entre árboles o entre territorios. La etología de los pájaros no comprende comportamientos como la anidación, las migraciones, el apareamiento o la tendencia a la asociación en grupos. La comunicación entre pájaros no se compone de un abanico de señales visuales y auditivas, como silbidos, llamadas y cantos.
En ocasiones confundimos un pájaro con su forma, igual que reducimos a menudo el cuerpo a sus órganos o creemos que una imagen es un objeto o un ser vivo. Son muchos los fantasmas que convocamos para mantener el equilibrio, para sostenernos mientras vivimos o para dejar de pensar y sentirnos a salvo. Pero igual que nadie sabe lo que puede un cuerpo, nadie sabe lo que es un pájaro. Porque un pájaro no es algo que tenemos delante y percibimos con prismáticos o escuchamos los domingos cuando amanece en el parque. Un pájaro no es; un pájaro no es solo un conjunto de percepciones que podamos clasificar, para diferenciar su forma de la del pez o la del reptil.
Un pájaro, quizá, es también una fuerza, algo que pasa, o que nos pasa, un modo de relacionarnos con el mundo. Como si el pájaro fuera el ensamblaje entre aire y plumas, o música y recuerdos, el ensamblaje entre hojas verdes y velocidad y elevación, la combinación singular de un grito y una zambullida; como si pudiera ser pájaro también quien se alza, o lo que se desplaza sin hacer ruido, o quien aguarda el momento oportuno, la corriente de viento exacta, para levantarse y marchar. Como si un pájaro pudiera ser rebeldía, o un impulso por liberarse, o también un afán de armonía, o un desafío minúsculo a la gravedad y sus leyes. Un pájaro, así considerado, es una red singular de afectos. Sus alas no son nada sin el aire. Su pico pierde su propósito sin la cáscara que parte o los crustáceos que acuna entre el limo. Por eso es relevante no confundirlo ni reducirlo a sus fantasmas, porque si el pájaro es lo que se alza y se eleva, o lo que se hunde y se sumerge, es precisamente aquella fuerza que quiebra una superficie o rompe un límite, aquella fuerza que desmonta el fantasma. Un pájaro bate las alas y vuela cada vez que, perdidos en nuestros nombres, sentimos nostalgia de nuestro cuerpo y queremos recuperarlo.
El propósito de recuperar un cuerpo, el afán de volver al cuerpo, nada tiene que ver con la identidad, pues un pájaro no es una forma. Un pájaro es una vocación de diferencia, y sentimos nostalgia del cuerpo cuando queremos aprender algo que él sabe y que nosotros hemos olvidado. Si el cuerpo sabe de algo, como el pájaro sabe de atravesar el aire, es de atravesar las formas. Sentimos nostalgia del cuerpo cuando necesitamos salir de nosotros mismos, vivir de otro modo, transformarnos.
Sin saberlo, he esperado toda mi vida hasta este preciso instante, hasta esta brisa sutil pero cierta, para irme de aquí. Irme volando, como un pájaro.
§2
El 22 de noviembre de 1968, The Beatles publicó suWhite Album. Una de las canciones con que Paul McCartney contribuyó al disco fueBlackbird, que refiere a los mirlos comunes que cantan al alba en Londres y que resonaban también cerca de la granja escocesa donde compuso la canción. El tema es una versión libre de laBourrée en mi menor de Johann Sebastian Bach, que Paul solía tocar junto con John Lennon en algunas fiestas adolescentes para presumir de sus habilidades con la guitarra. Surge también de la fascinación de ambos músicos p