INTRODUCCIÓN
Aumenta tus habilidades
psíquicas naturales
El otro día fui a una fiesta y estaba charlando con un grupo de personas a las que no conocía muy bien cuando una chica se me acercó y me dijo: «Perdona. He oído que eres psíquica. No quisiera molestarte en tu tiempo libre, pero realmente necesito ayuda. Creo que me están pasando cosas… ya sabes… cosas psíquicas».
Su nombre era Juliette y parecía estar preocupada, nerviosa y, quizás, un poco emocionada también. Le temblaba la mano mientras sostenía su copa de vino. Como recuerdo lo difíciles que fueron algunas de mis propias aperturas psíquicas, la invité a sentarse y a decirme qué le estaba ocurriendo.
«Desde que empecé a abrirme a mi camino espiritual, me están ocurriendo cosas extrañas. Veo por el rabillo del ojo cosas moviéndose, y cuando me giro para verlas, no hay nada ahí, pero estoy segura de que hay un fantasma o un espíritu en mi casa. Simplemente puedo sentirlo», me dijo Juliette. Luego me susurró: «Creo que estoy sintiendo la presencia de ángeles cuando medito, y también veo duendes en mi jardín». Miró a su alrededor nerviosamente, como si fueran a aparecer de la nada unos hombres vestidos de blanco para llevársela. «Sé cosas antes de que ocurran; no sé cómo las sé, simplemente las sé. Y a veces sueño cosas que después se hacen realidad. Además, mi sensibilidad emocional se ha disparado y me acabo de dar cuenta de que soy empática. Siento los sentimientos de todas las personas y me cuesta saber cuáles son míos. A veces me siento abrumada y un poco asustada, aunque también es excitante. Pero sería más excitante si sintiera que tengo control sobre todo esto y supiera más acerca del tema. Siempre estoy tratando de que todo esto deje de ocurrir, como lo hacía en el pasado, pero ahora el genio ha salido de la botella».
Me apresuré a tranquilizarla diciéndole que todas sus experiencias eran muy normales y que debían ser celebradas. Lo que necesitaba era un poco de entrenamiento para poder entender, manejar y pulir sus dones psíquicos. Las experiencias psíquicas de Juliette comenzaron cuando empezó a acudir con regularidad a unas clases de yoga que incluían la práctica diaria de la meditación. Y, dado que tenía interés en convertirse en una sanadora energética, empezó también a tomar clases de Reiki.
En nuestra vida moderna, el yoga, la meditación y el Reiki son la trifecta de actividades que hacen que se produzca la apertura de nuestras habilidades psíquicas inherentes. Juliette me contó que, en su niñez, había sido muy intuitiva, sensible y psíquica: «En las noches solía ver esferas de luz y otros espíritus, y tenía largas conversaciones en voz alta con mi abuela, que había fallecido cuando yo tenía dos años».
Sin embargo, sus experiencias molestaban y asustaban a su familia, que era muy religiosa y conservadora. Debido a eso, tomó la decisión consciente de reprimir todo eso para poder encajar en la familia, en la escuela con sus compañeros y en la iglesia.
«Recuerdo haber estado en la iglesia siendo muy pequeña –continuó Juliette– y haberle pedido a Dios que me quitara esos dones para poder ser normal. Y funcionó. Dejé de tener ese tipo de experiencias». Al menos hasta que retomó su camino espiritual, cuando tenía veintitantos años, y sus habilidades psíquicas y empáticas naturales volvieron a aparecer.
Invité a Juliette para que se uniera a mi programa de desarrollo psíquico, y pudiera entender sus habilidades psíquicas y desarrollarlas. Creo que hay un motivo por el cual tenemos estos dones, y que forman parte de nuestro propósito de vida. Deben ser desarrollados y utilizados para ayudarnos a hacer lo que sea que estemos haciendo en el mundo. Juliette trabaja como maestra en una guardería, es artista y es una apasionada de la jardinería. Trabajó diligentemente en el programa de entrenamiento y, mientras desarrollaba sus dones, descubrió que sus sentidos psíquicos y su empatía son una herramienta maravillosa que la ayuda a comprender lo que sus pequeños alumnos necesitan c