: María Pía Lara
: Una estética para espectadores El laboratorio del arte en la conciencia temporal moderna
: Gedisa Editorial
: 9788418914348
: 1
: CHF 18.40
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: Allgemeines, Lexika
: Spanish
: 384
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Podemos afirmarlo: el fenómeno estético es tan antiguo como la humanidad. Ya en el mundo clásico encontramos, en los trabajos de Platón y Longino, meditaciones en torno al concepto de lo bello. No obstante, la estética como campo de estudio no nace hasta el siglo XVIII. ¿Por qué? Partiendo de un examen de los trabajos de Kant y Hegel, que instituyeron la estética como una disciplina autónoma y fundaron una nueva filosofía del arte, Una estética para espectadores traza un recorrido histórico y crítico a lo largo de los debates que esta materia ha suscitado. Pía Lara lee con inteligencia a autores como Baudelaire, Heidegger, Benjamin, Adorno, Koselleck y Danto para acercarnos a su pensamiento y familiarizarnos con las nociones de subjetividad, placer, gusto, lo sublime e historicidad, centrales en la reflexión estética. Pero este libro quiere ir más allá de la simple enumeración de teorías. Ante todo, busca ofrecer herramientas al lector para que piense sobre cómo el arte y sus efectos han configurado, desde siempre, el pensamiento humano.

María Pía Lara Zavala es profesora distinguida de la Universidad Autónoma Metropolitana (México), así como doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de CONAHCYT (nivel III). Sus trabajos de investigación se han centrado en tres disciplinas fundamentales: la estética, la ética y la política. Desde hace más de diez años es codirectora del Coloquio Internacional de Teoría Crítica de Praga. Es autora de varios libros, entre los que destacan Beyond the Public Sphere (2021), The Disclosure of Politics (2013), Narrar el mal (2007, publicado por Editorial Gedisa) y Moral Textures. Feminist Narratives in the Public Sphere (1998).

Introducción1

La estética como disciplina autónoma de la filosofía se configuró en el siglo XVIII, aunque existen muchas teorías que cuestionan esta afirmación acerca de cuándo y de cómo datar este surgimiento histórico. El tema de la belleza y de las discusiones sobre la creación literaria aparecían ya en las preocupaciones de los filósofos griegos en la antigüedad, pero su concepto detechné para los griegos (τέχνη) y el dears para los latinos no tienen el mismo sentido que nosotros le damos ahora. Las preocupaciones humanas estaban asociadas a rituales y a la creación de objetos, esculturas y obras literarias que tenían una función dentro de la totalidad.2 Para Platón la cuestión de la representación o reproducción de algo —la mímesis— solo podía representar las apariencias. Por eso Platón quería la expulsión de autores como Homero de la polis (πόλις). Aún para Aristóteles el sentido de la representación estuvo asociado con lo literario vinculado a rituales religiosos. En la mayor parte de las culturas antiguas el arte dependía de sus funciones rituales y religiosas.3 Hans Georg Gadamer tiene razón cuando señala:

Lo que podemos aprender de los padres del pensamiento occidental, de los griegos, es, precisamente, que el arte se engloba dentro del concepto genérico de lo que Aristóteles llamaba ποιητικὴ ἐπιστήμη (ciencia poética), es decir, el saber y la capacidad de producir».4 El arte era imitativo y estaba vinculado a la noción de producción más que a la de creación. La noción de arte realmente se produce en el contexto histórico del mundo moderno cuando se la denomina «bellas artes».5

De igual manera, el términoestética se deriva del griego αἰσθητική (aisthetikê) y remite a la dimensión de la percepción sensible, las sensaciones, la imaginación y la sensibilidad (αἰσθητός,aisthesis). Sin embargo, solo en el siglo de la Ilustración (XVIII) aparecieron los textos que hoy se consideran como la base curricular de la disciplina de la estética, gracias a la aparición del textoEstética (1750) de Alexander G. Baumgarten,6 laHistoria del arte de la Antigüedad (1764) de J.J. Winckelmann7 y la obraSalones8 (1759) del pensador ilustrado francés Denis Diderot. Ya en esos momentos históricos otros autores estaban trabajando sobre el tema (como Kant y Schiller, por ejemplo). Aún en Inglaterra hubo otros autores que escribieron sobre estética, como Addison9, Hutcheson10 o Shaftesbury11, y el más célebre de todos, el empirista escocés David Hume.12

Kant ya había acreditado dicha disciplina como la ciencia pura de la sensibilidad con su «estética transcendental», la cual fue utilizada primero en suCrítica de la razón pura (1790). Después, él mismo reconsideraría la particularidad de los juicios sobre el gusto y la capacidad de juzgar las obras de arte en suCrítica del juicio (1790).13 Sin embargo, fue Baumgarten el que denominó a la estética como una disciplina filosófica autónoma y la acreditó como una ciencia del conocimiento sensitivo.14 Con ello, no solo da un nombre a una disciplina (término que como hemos visto ya existía), sino que transforma dicha disciplina con nuevas energías para problematizar lo que son las manifestaciones sensibles y la experiencia de los sujetos (en plural) frente a los objetos estéticos. Y se asocia directamente con la Ilustración porque los componentes y las propiedades de este objeto de conocimiento son las manifestaciones artísticas, las cuales están ligadas a lo particular y a la subjetividad (de los espectadores), y por ello se resisten a ser caracterizadas como si su