Introducción
Ningún filósofo antes de Nietzsche, quizá con la excepción de Agustín de Hipona, consideró el olvido como una fuerza en sí misma activa y positiva y no simplemente como la carencia de memoria. En el capítulo «Las tres transformaciones» delAsí habló Zaratustra, el autor alemán proclama: «inocencia y olvido es el niño, un comenzar de nuevo, un juego, una rueda que se autoimpulsa, un primer movimiento, un sagrado decir-sí». El olvido tiene un lugar privilegiado para Nietzsche, pues se trata de la fuerza activa que constituye al superhombre y le permite vivir el instante presente con plenitud, sin arrastrar el peso del pasado, dotando a cada momento de la eternidad que merece e inaugurando siempre un nuevo comienzo. El olvido es parte de la experiencia del eterno retorno. ¿Qué es entonces, la memoria? ¿Será el impedimento de la capacidad de olvidar? Si Nietzsche establece el olvido como condición para la felicidad,1 la llamada «memoria de la voluntad»(Gedächtnis des Willens) es presentada en laGenealogía de la moral como la facultad opuesta al olvido que «se le hace» al ser humano con las más crueles técnicas dolorosas.2
La memoria, por lo tanto, parece estar asociada exclusivamente al dolor. Ya en laSegunda consideración intempestiva Nietzsche criticaba a los historiadores de su época el exceso de sentido histórico que impedía la creación de una nueva cultura para el presente. Tiene memoria quien no se desprende del peso de un pasado que, en laGenealogía de la moral, se describe como penoso. Más precisamente, la fuerza opuesta al olvido se ha forjado en el ser humano mediante el ejercicio de una enorme crueldad física y espiritual. La comprensión nietzscheana de la memoria, por tanto, parece estar estrechamente relacionada con aquello que dice el conocido refrán español de que «la letra, con sangre entra». De una lectura superficial podría desprenderse la idea de que la memoria y el olvido son dos fuerzas opuestas en el hombre, siendo la primera una fuerza esclavizadora que habría de ser superada por la segunda. La memoria pertenecería al hombre y el olvido sería la fuerza más característica del superhombre.
Aun sabiendo que esta contraposición está presente en laGM, en este libro proponemos que también hay en Nietzsche e, incluso en la mismaGenealogía de la moral, una concepción positiva de la memoria complementaria y no antagónica con el olvido. La clave de esta interpretación nos la ofrecerá una lectura de la memoria y del olvido a la luz de la voluntad de poder. Pues precisamente, la memoria de la que trata especialmente esta obra madura de Nietzsche no es la memoria, sin más, sino la «memoria de la voluntad». Nietzsche no entiende la voluntad como facultad: la voluntad es lo mismo que «voluntad de poder»(Wille zur Macht). Por ello, la memoria y el olvido en el Nietzsche tardío han de ser abordados desde este concepto tan nietzscheano,3 algo que Vanessa Lemm supo ver acertadamente. Si bien es cierto que el uso de la expresión no abunda en laGenealogía, la voluntad de poder está presente de modo discreto a lo largo de la obra4 excepto en un capítulo donde pasa a primer plano en la discusión que tiene Nietzsche con las ciencias sociales, respecto del origen y de la finalidad de la pena. La voluntad de poder es el trasfondo desde el cual laGM cobra su sentido más propio.5
Adoptar esta clave interpretativa no significa que haya que dejar de lado el minucioso trabajo exegético en el que se reconstruye el argumento del texto que ha sido principalmente trabajado en este libro —laGenealogía de la moral—, si tenemos en cuenta las numerosas fuentes de las que Nietzsche bebió. El filósofo utiliza los desarrollos teóricos de la biología, de la etnología, de la historia, del derecho, de la exégesis bíblica, y las integra siempre en una reflexión filosófica, que en el caso de laGM es el tema de la moral, cuya genealogía solo puede entenderse desde la forma vuelta contra sí misma, nihilista, de la voluntad de poder. En el presente libro se reflejará la presencia de ese ámbito multidisciplinar sin perderse en la mera documentación. Actualmente existen investigaciones histórico-críticas muy útiles y necesarias para comprender mejor a Nietzsche a las que conviene acudir. Pero el objetivo de este libro es sobre todo filosófico, ya que lo que nos ocupa es poner de manifiesto la