La educación física como transformadora social. Aprendizaje para la Vida (ApV) en el contexto deportivo escolar
Los primeros datos ponen de manifiesto la necesidad de adoptar medidas urgentes para incrementar los niveles de actividad física entre las niñas y los niños de 11 a 17 años de edad. Un estudio, publicado en la revistaThe Lancet Child& Adolescent Health en noviembre de 2019, elaborado por investigadoras de la Organización Mundial de la Salud (GUTHOLD y cols., 2019), con los datos obtenidos de los estudiantes de los 146 países que participaron en el mismo entre los años 2001 y 2016, concluye que más del 80% de los adolescentes en edad escolar de todo el mundo —en concreto, el 85% de las niñas y el 78% de los niños— no llegan al nivel mínimo recomendado de una hora de actividad física al día.
Vivimos en una sociedad tecnológica y sedentaria, donde el alumnado practica cada vez menos deporte, tiene malos hábitos alimentarios y dietéticos, no descansa lo suficiente, carece de creatividad debido al exceso de tecnologías mal suministradas, padece de estrés, sobrepeso y falta de habilidades sociales y valores (SAAVEDRA y DATTILO, 2012). Todo esto, entre otros motivos, por la pérdida del juego en la calle, con sus iguales. El Consejo Superior de Deportes (CSD) habla de un 73% de sedentarismo en la población infantil. Esto supondrá tener adultos poco saludables, con más enfermedades cardiovasculares, atrofias musculares y otras patologías asociadas a la falta de actividad física. El área de Educación Física (EF) es un eje vertebrador para atajar estos problemas. Por todo ello, como especialistas de dicha materia, debemos darle el lugar que le corresponde a nuestra área, ofreciéndole a nuestro alumnado un amplio bagaje de ejercicios que le permitan enamorarse de la práctica física. Para ello se hace necesario programar.
Programar es planificar y tomar decisiones sobre aquellas actividades o tareas que el docente va a llevar a cabo en sus clases para conseguir los objetivos y desarrollar los contenidos propuestos por la administración educativa. El profesor prevé su intervención en el aula de forma deliberada y sistemática atendiendo a un currículo, es decir, el maestro ordena e idea las actividades necesarias para realizar un proyecto que durará todo un curso escolar.
El área de EF tiene una serie de particularidades que la hacen diferente a cualquier otra área, una de las más importantes es que el espacio donde se desarrolla es distinto, pistas exteriores, pabellones o patios. El alumnado trabaja en movimiento, jugando. Además, el área de EF trabaja con materiales deportivos que están encaminados al desarrollo motor. Se aprende jugando y se trabaja con el cuerpo. Por este motivo es muy importante tener claro qué actividades, deportes y juegos vamos a llevar a cabo en nuestras sesiones, qué materiales serán necesarios, qué espacios. A la hora de programar no podemos olvidar la metodología y la evaluación, así como los instrumentos de registro, la atención a la diversidad y los intereses del alumnado.
La EF es una de las áreas desde la cual se pueden tratar infinidad de temas: deportivos, de salud, entrenamiento, higiene, hábitos saludables, educación vial, consumo responsable, educación ambiental, coeducación, anatomía. Es imprescindible realizar una programación adecuada donde el profesor planifique minuciosamente todas las tareas, las cuales permitirán abordar el mayor número de áreas, temas transversales y efemérides.
Como maestra enamorada de la escuela me atrevo a decir que la EF es el área más importante que hay en el colegio porque es la única donde todo cabe. Pienso que es el área que ha venido a transformar la escuela y a revolucionar la enseñanza, aportando el que, para mí, es el mayor recurso pedagógico: el juego.
Está demostrado que aquellas tareas y áreas que se consideraban “marías” ahora están siendo “la gran marea” de la escuela del cambio. Numerosos estudios de neurociencia acreditan que la EF, las artes esc