2. El conocimiento científico es fiable y aproximadamente
verdadero, aunque sea un producto social
Es todavía un principio fundamental de la ciencia que la alegación de conocimiento no puede apoyarse o justificarse mediante la apelación a su potencial para satisfacer algún interés personal, político, económico o religioso. Si la violación de esta norma de objetividad se detecta, será corregida por otros científicos.
I. NIINILUOTO, «Social Aspects of Scientific Knowledge»
Pero los científicos […] están siendo empujados cada vez más al centro de atención con un micrófono frente a ellos. Esa es una situación que es peligrosa para ellos y peligrosa para el público […]. Debido a que la ciencia se financia con fondos públicos, tener un artículo sobre su trabajo publicado enLA Times oThe New York Times […] se considera una verdadera ventaja. Es algo que posiblemente podría tener un impacto, por indirecto que sea, en la financiación futura de su investigación en un campo altamente competitivo. Estas consideraciones también agregan una motivación, en primer lugar, para ir a la prensa popular antes de ir a las revistas especializadas, antes de que pase por una revisión por pares, y en segundo lugar, quizás, para exagerar la importancia de sus hallazgos.
L. DASTON, «Does Science Need History? A Conversation
with Lorraine Daston»
Ciencia y verdad
Los términos «verdad» y «verdadero» son problemáticos porque pueden referirse a cosas distintas y porque son interpretados también de diversas maneras. Se habla de la verdad de los hechos, de la verdad de una persona (en el sentido de su autenticidad o de su honestidad), de la verdad de una historia, de una novela, de una obra de arte, e incluso los filósofos hablan a veces de la verdad de las cosas o de la «verdad del ser».
Aquí interpretaremos el término «verdad» como un predicado que se refiere a enunciados o proposiciones. Cuando decimos que es una verdad bien conocida que la nieve es blanca, esto puede entenderse como si indicáramos que es un hecho constatado que la nieve es blanca, pero también, de forma más precisa, como si afirmáramos que el enunciado «la nieve es blanca» es un enunciado verdadero. En este sentido lo tomamos aquí. Por lo tanto, en la ciencia, la verdad o falsedad será de forma primaria un atributo de los enunciados científicos (decimos así que el enunciado «a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud y sentido contrario» es verdadero), aunque de forma derivada puede aplicarse también a las teorías en su globalidad o a los modelos, ya que estos dan lugar a enunciados sobre los sistemas modelados, y podemos entonces decir que consideramos que la teoría de la relatividad es aproximadamente verdadera o que el modelo Lotka-Volterra del comportamiento de depredadores y presas, siendo estrictamente falso, puede ir aproximándose a la verdad si se van eliminando algunas idealizaciones para acercarlo al sistema real.
Cuando hablamos de verdad en la ciencia, nos referimos siempre a una verdad aproximada o a la verosimilitud. Esto es importante, porque prácticamente nadie pretende que tengamos una verdad definitiva o absoluta sobre nada. Lo normal es atribuir a nuestros enunciados un cierto grado de aproximación a la verdad o un cierto grado de verosimilitud. La verosimilitud es un término clásico, reivindicado por Karl Popper para la filosofía de la ciencia, sobre el que ha corrido mucha tinta. Puede entenderse como la unión de verdad aproximada y alto contenido informativo. Podríamos también decir que nuestros enunciados son solo verdaderos con un cierto grado de probabilidad, con perdón de Popper, al que no le habría gustado nada que mezcláramos a la probabilidad en esto, o, de forma quizá más exacta, que son verdaderos acerca de un mundo suficientemente similar al nuestro.
Si dejamos de lado a los que consideran que la verdad no existe o no importa (posverdad), o que es indefinible, o que es redundante, puesto que no hace más que enfatizar el enunciado del cual se predica, sin añadirle nada a su contenido, hay diversas definiciones de verdad que han sido pro