: Meghnad Desai
: Arrogancia desmesurada Por qué fallaron los economistas al predecir las crisis y cómo evitar las siguientes
: Siglo XXI Editores México
: 9786070308628
: Economía y demografía
: 1
: CHF 9.90
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: Politikwissenschaft
: Spanish
: 232
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
¿Las lealtades tribales han distorsionado la profesión económica y cegado los ojos de los economistas a lo obvio? La incapacidad de los economistas para anticipar la crisis económica internacional y la prolongada recesión que persiste todavía hoy ha despertado el clamor del público e inspirado acciones legislativas. Los economistas se encuentran bajo fuego, pero las preguntas sobre cómo exactamente redimir su disciplina permanecen sin respuesta. En este libro revelador, el conocido economista Meghnad Desai examina cómo y por qué los economistas se han dividido, en términos generales, en dos grupos que ahora dominan la profesión: los neoclásicos y los keinesianos. Analiza las teorías no convencionales -las teorías marxistas de los ciclos, los ciclos de Kondratieff y la teoría de la destrucción creativa de Schumpeter, entre otras- que pudieron haber predicho la crisis pero que se dejaron de lado debido a las lealtades tribales a estos dos grupos dominantes. Al realizar una investigación sobre la evolución de la economía, traza un mapa de su trayectoria a través de sucesos políticos importantes para dar una respuesta definitiva. Desechando por completo la noción de que un paradigma dominante puede resolver todas las vicisitudes económicas, Desai resalta la contribución de la arrogancia desmesurada en la calamitosa falta de previsión de los economistas y presenta un argumento convincente para que la profesión retome su relación con la historia del pensamiento económico y exhorta a que se consideren las teorías y los enfoques ya existentes que puedan aportar para prevenir futuras catástrofes económicas.

Es profesor emérito de teoría económica en la London School of Economics, de la cual es también fundador, y ex director del Global Government Research center. Es miembro de la cámara de los Lores y presidente del Foro de Instituciones Monetarias y Financieras. vive en Londres.

INTRODUCCIÓN

DESENMARAÑANDO LA MADEJA

La Gran Recesión ha sido la más aguda desde la Gran Depresión de los años treinta. Para la vasta mayoría de las personas éste ha sido el mayor trastorno económico de su vida. Puede que hayan escuchado historias acerca de la Gran Depresión (de lashoovervilles* en Estados Unidos y de las marchas del hambre en el Reino Unido) pero su vida ha transcurrido en circunstancias más amables.

El disparador fue una crisis financiera que se desparramó rápidamente entre las economías del mundo occidental, con consecuencias debilitantes. Los acontecimientos que se iniciaron con la disminución del mercado inmobiliario en Estados Unidos y culminaron con la quiebra de Lehman Brothers desembocaron en un conjunto de circunstancias que cabe en la definición de crisis financiera:

Deterioro agudo, breve y ultracíclico de todos o de la mayoría de un grupo de indicadores financieros: tasas de interés a corto plazo, precios de activos (acciones, bienes raíces, tierras), insolvencias comerciales y quiebra de instituciones financieras.1

A este choque inicial le siguieron la baja en la producción y la pérdida de empleos; ahora se le llama la Gran Recesión. Acontecimientos semejantes han ocurrido a lo largo y ancho del mundo occidental. Cinco años después los efectos de la recesión continúan sintiéndose. Aun cuando la economía global ha comenzado a mostrar signos de recuperación, pasarán muchos años antes de que los indicadores económicos vuelvan a los niveles anteriores a la crisis. Ésta fue una crisis en gran medida no anticipada por economistas, financieros ni políticos, y ha dado lugar a interrogantes como por qué ocurrió y cómo es que se permitió que ocurriera, ya que, incluso ahora que la economía de Estados Unidos y la del Reino Unido están iniciando una frágil recuperación, todavía hay mucha miseria en la eurozona y en Japón.

¿QUÉ OCURRIÓ?

El 15 de agosto de 2007 fue un día significativo. Aparte de ser el 60° aniversario de la independencia de la India, fue también el 36° aniversario del día en que el presidente Richard Nixon anunció que Estados Unidos no cumpliría con su palabra de comprar oro a 35 dólares la onza. Esta obligación había sido el cimiento del sistema de intercambio de divisas de posguerra, conocido como el sistema Bretton Woods, nombre que se le dio por el poblado de New Hampshire donde en julio de 1944 los aliados se reunieron y fraguaron el orden de las relaciones monetarias internacionales para la posguerra. El sistema de Bretton Woods mantuvo que las tasas de cambio se fijaran en relación con el dólar, mientras que el dólar se fijó en términos de oro. Éste fue el Patrón de Intercambio del Dólar, que sustituyó el Patrón Oro que había existido durante unos 300 años antes de la segunda guerra mundial. La negativa de Nixon de cumplir con la obligación de comprar oro a un precio fijo introdujo una era de tasas de cambio de divisas flexible. Dio nacimiento al mundo que hoy conocemos con tasas variables de cambio de divisas y la fácil conversión de una moneda a otra.

En esta ocasión, el 15 de agosto habría de ser un día memorable para Timothy Geithner. El presidente de la New York Federal Reserve Authority, de 46 años, había iniciado su vida de trabajo como funcionario civil de carrera en el Tesoro de Estados Unidos. Había enfrentado crisis monetarias y fuga de capitales en su patria y en el extranjero, entre otras en México en 1994 y la crisis asiática de 1997, que afectó a Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y Malasia. No tenía experiencia en la banca. No obstante, en 2003 fue elegido presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Como centro financiero de Estados Unidos, si no es que del mundo, Nueva York atraía a los mejores jugadores de los mercados financieros, ostentaba bancos y agencias de corretaje muy grandes, y constituía un reto para el más curtido funcionario de un banco central. Convertirse en el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York era un gran paso para Geithner.

Ese día, Countrywide Financial –la más grande entidad crediticia para préstamos hipotecarios de alto riesgo, con el respaldo de veinte años de sólido crecimiento– se encontró con que no tenía los suficientes fondos para cubrir sus obligaciones. Las hipotecas eran grandes negoci