: Bergsveinn Birgisson
: En busca del Vikingo Negro
: Nórdica Libros
: 9788418930867
: Letras Nórdicas
: 1
: CHF 9.70
:
: Biographien, Autobiographien
: Spanish
: 464
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Esta historia comienza en Rogaland (Noruega) en el año 846 d. C., con el nacimiento de Geirmundur Piel Negra. Pero de él no sabemos casi nada, no hay saga sobre él, y la posteridad ha hecho lo posible por olvidarlo. ¿Por qué? Sabemos que su madre era de Siberia, por lo tanto, nació con rasgos asiáticos. Geirmundur Piel Negra se convierte en el Vikingo Negro, el colono más poderoso de Islandia a través de los tiempos. De piel oscura y rasgos faciales mongoles, fue un pionero en la economía cinegética internacional. Piel Negra tenía cientos de esclavos; cristianos de Escocia e Irlanda. Mil cien años después, un pariente lejano de Geirmundur, el autor Bergsveinn Birgisson, aborda la cuestión de la vida de Geirmundur Piel Negra y de por qué ha quedado en el olvido.

Bergsveinn Birgisson (Reikiavik, 1971) Estudió Literatura Islandesa y Comparada en la Universidad de Islandia, luego en la Universidad de Oslo y, finalmente, en la de Bergen, donde obtuvo un doctorado en Literatura Medieval Escandinava en 2008. Ha vivido en Noruega durante varios años. Publicó su primer libro en 1992, la colección de poesía Íslendingurinn, seguida de Innrás Liljanna en 1997. En 2003, publicó su primera novela, Landslag er aldrei asnalegt, luego Handbók um hugarfar kúa en 2010. Su novela epistolar Para Helga, publicada originalmente en 2010, fue traducida a varios idiomas, incluido el castellano, y obtuvo un gran éxito.

Aprincipios de los años noventa, un anciano solía visitar con frecuencia la casa de mi infancia, en uno de los barrios periféricos de Reikiavik. Se llamaba Snorri Jónsson y era amigo de mis padres. Snorri se había criado en Hornstrandir, la inhóspita región costera del extremo noroccidental del país. Como tantos otros, Snorri se fue de Hornstrandir en los años sesenta, pero su mente seguía allí y siempre hablaba con cariño de su patria chica. Era delgado pero de voz potente, capaz de imponerse sobre el graznido de las aves y la atronadora rompiente del mar. Le llamaban Sigmaður, que era el mote que aplicaban a quienes se descolgaban por el acantilado para alcanzar los escondrijos de las aves en la roca, y que, colgados de un cabo, saltaban de nido en nido para coger huevos. En el universo mental de Snorri, el gran héroe era Geirmundur Piel Negra.[2]De nadie hablaba con tanto respeto como de él, ni siquiera de Vigdís Finnbogadóttir, la recién elegida presidenta del país. Yo tenía diez o doce años y no comprendía del todo las numerosas historias que contaba sobre Geirmundur y su gente. La mayor parte las he olvidado, pero una de ellas ejerció tan gran influencia sobre mí que ha permanecido en mi memoria. Más o menos, era así…

En Hornstrandir, Geirmundur tenía un gran número de esclavos irlandeses. Vivían en pésimas condiciones, abrumados de trabajo y faltos de alimento suficiente. Un día, decidieron huir. Robaron una pequeña barca de remos y se alejaron de la costa. No tenían ni idea de navegación, solo querían llegar lo más lejos posible. Remaron hasta llegar a un islote en medio del mar, no consiguieron ir más allá. Hoy en día, ese islote sigue llamándose «Escollo de los Irlandeses». Si hubieran seguido adentrándose en el mar, no hay duda de que la pobre gente habría acabado en el polo norte.

Esta historia pervivía con viveza en mi imaginación. Por algún motivo, imaginaba a los esclavos aquellos como monjes, medio calvos y vestidos con hábitos grises de sayal con capucha. Rostros mugrientos, ojos inquietos y muy abiertos. La expresión de sus ojos dejaba traslucir el miedo. Algunos tenían remos, otros solo disponían de tablas. con las que intentaban remar. Ojos blanquecinos en rostros mugrientos. Remaban como desesperados. Lejos, lejos de todo esto. Cualquier tierra será mejor que esta. Llegaron al escollo en la inmensidad del mar. Quizá pensarían: ¿adónde llegaremos si continuamos? ¿Nos saldremos del planeta tierra? Me los imagino en el escollo, tiritando de frío entre los silbidos del viento del norte. Cuando se agotan los alimentos y la bebida que llevaban, se cierne sobre ellos el frío más gélido. Poco a poco, sus miembros se van entumeciendo. ¿Tal vez cantan tristes melodías irlandesas, o salmos (porque sin duda eran cristianos) y se tumban apiñados para intentar conservar algo de calor? Tan solo podemos imaginar el horror de una muerte tan lenta. ¿Se ayudaron unos a otros para adentrarse en la muerte?

Entre tanto, Geirmundur Piel Negra se percata de que los esclavoshabían desaparecido, y se hace a la mar en su busca. ¿Estaban vivoso muertos cuando los encontró en el arrecife? ¿Vieron acercarse los irlandeses la vela del barco de su amo?

Lo único seguro es que murieron todos. Y las olas se llevaron sus restos, despedazaron las ropas talares de sayal que era lo único que les permitía conservar un po