: Manuel Hevia Frasquieri, Pedro Etcheverry Vázquez
: G-2 en el ojo del huracán
: RUTH
: 9789592116160
: 1
: CHF 7,90
:
: Politikwissenschaft
: Spanish
: 304
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
A los primeros años de la Revolución triunfante viajan estas páginas. En ellas sus autores muestran cúan alto es el grado de negatividad, insensatez y manipulación política en los estimados y reportes de Inteligencia de la CIA desde 1959, para fabricar la falacia de que la Revolución había abierto las puertas al comunismo; el peligro de subversión para América Latina y la consiguiente amenaza para la seguridad de EE.UU., tesis que sirvió de pretexto para la operación encubierta que sucumbió un año más tarde en Playa Girón, a manos del pueblo revolucionario dirigido por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. De aquellos sucesos brinda testimonio un pequeño grupo de fundadores del G-2 que, junto al pueblo, enfrentaron aquel huracán de fuego desatado por la CIA, la contrarrevolución y los crímenes del bandidismo.

Manuel Hevia Frasquieri, La Habana (1946 - 2021) Dr. en Ciencias Jurídicas y especialista en temas de seguridad nacional. Director del CIHSE. Son títulos suyos y en coautoría: Welcome Home, 2007. El Gigante de las siete leguas, 2010. El rostro oculto de la CIA, antesala de Playa Girón, 2016. Los intentos del desmontaje del socialismo en Cuba, 2017. Multimedias premiadas: Cuba-Acusa, 2003. Operación Mangosta, 2004. Cuba, una historia reciente, 2018. Integra las Cátedras Patrióticas de la ACRC José Ramón Rodríguez López y Máximo Gómez Báez. Tiene realizados varios trabajos y artículos de investigación: El calvario de una salvación, Las primeras víctimas civiles de la tiranía, Rescatan importantes documentos, y La localización, digitalización y organización de las Causas Judiciales en la etapa 1952-1958 del Tribunal de Urgencia de La Habana por hechos de la lucha insurreccional contra la dictadura batistiana. El 24 de junio de 2021, recibe en La habana, La Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, de manos del Ministro de las FAR General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera; Pedro Etcheverry Vázquez, La Habana (1953) Lic. en Periodismo y Dr. en Ciencias Históricas. Subdirector del CIHSE. Son obras suyas y en coautoría: Bandidismo y Playa Girón, 2001. Cuba, la historia no contada, 2003. Bandidismo derrota de la CIA en Cuba, 2008. Una fascinante historia, la conspiración Trujillista, 2009. El Gigante de las siete leguas, 2010. Una difícil conquista, la alfabetización, la enseñanza y la cultura, 2013. Más allá del dolor, 2016. Una fecunda labor, frente a las agresiones contra la educación, la ciencia y la cultura, 2019.

Incertidumbre en la CIA y su gobierno


Documentos norteamericanos demuestran los frenéticos esfuerzos por descifrar las posiciones comunistas en el movimiento revolucionario. Una petición del Departamento de Estado en enero de 1958 a sus embajadas en La Habana, Bogotá, Buenos Aires, Ciudad Guatemala, Ciudad de México, San Salvador, San José de Costa Rica y el consulado en Santiago de Cuba, solicitaba una caracterización política de Fidel Castro.24 En el mes de febrero de ese año se produjo otra solicitud sobre el comandante Ernesto Che Guevara.

Un documento del secretario de Estado, John Foster Dulles, dirigido a la embajada norteamericana en La Habana el 2de juliode 1958, demandaba un estudio especial25sobre la influencia comunista en líderes potenciales del movimiento revolucionario, partidos políticos, círculos estudiantiles e intelectuales, movimiento obrero y medios de comunicación; lo debía realizar «en consulta con las agencias norteamericanas apropiadas» [léase CIA].26Otro memorando dirigido al secretario asistente de Estado, elaborado a finales de septiembrede 1958, se refería también a la «penetración comunista» en el Movimiento 26 de Julio.27

La obsesión de la CIA y el Gobierno norteamericano sobre los supuestos vínculos del movimiento revolucionario de Fidel Castro con el comunismo se hizo creciente. Según informes de lapropia Agencia a principios de 1958, estuvo tan preocupada por la orientación pro-comunista de Castro, y particularmente las proclividades de sus dos principales sustitutos: Ernesto Che Guevara y Raúl Castro Ruz, que la penetración del Partido Socialista Popular se tornó una prioridad en el terreno; según la CIA, al menos dos agentes fueron colocados dentro de las filas del PSP y, en marzo de 1958,un oficial de la Agencia logró unirse a las de Castro en las montañas por un periodo de dos semanas y observar sus tácticas en el combate.

Tanto dentro como fuera del Departamento de Estado, continuaron reflejando su preocupación sobre las vías posibles para combatir la progresiva fuerza del movimiento de Fidel Castro en Cuba. En documentos históricos de la CIA se aprecia, en momentos en que sus temores sobre el movimiento iban creciendo, cómo se produce una propuesta un tanto diferente, que reflejaba el desconocimiento de la CIA sobre la verdadera personalidad y postura de principios del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. El plan fue presentado por el jefe del Servicio Clandestino del Equipo Psicológico y Político de la División Paramilitar de la Agencia.

El funcionario de la CIA Alfred Cox, en lugar de tratar de azotar a Castro, propuso que quizás la acción más inteligente para la CIA sería unirse a Castro y tratar de remediar su actitud hostil hacia Estados Unidos debido a los esfuerzos de este último por mantener a Batista. Entonces sugirió: «[…] una forma práctica de proteger los intereses de los Estados Unidos en este asunto sería hacer un contacto secreto con Castro paraasegurar la simpatía de los Estados Unidos con algunos de sus objetivos y ofrecerle apoyo. […] El medio más seguro de ayuda sería darle dinero a Castro, quien entonces compraría sus propias armas. Una combinación de armas y dinero probablemente sería lo mejor […]».28Cualquier aclaración sobre esta propuesta es innecesaria, pues no tenían la más remota idea de quién era Fidel Castro.

La historia recoge otros intentos mediadores en 1958 para resolver un asunto de vital importancia que se les iba de las manos, en momentos de una gran ofensiva del Ejército Rebelde y de inminente desplome de la tiranía batistiana.

Otra propuesta de la División del Hemisferio Occidental de la CIA en diciembre de 1958 solicitaba a su División Paramilitar (PMD) que estableciera una pequeña fuerza de tarea de contingencia, capaz de hacer lanzamientos aéreos en Cuba. Dos representantes fueron enviados a La Habana con el objetivo de localizar y valorar las posibles zonas para esa acción y seleccionar individuos disidentes que fueran tanto anti-Castro como anti-Batista. La CIA confiaba en organizarlos y armarlos a tiempo, de forma tal que pudieran evitar que Castro tomara el control del gobierno si Batista renunciaba de repente o si decidía abandonar el país.29 «[…] El 31 de diciembre de 1958, la División Paramilitar reportó a la CIA que se había so<