Introducción
Dudé sobre el nombre que le pondría a esta narración, no sabía si llamarla “La última ofensiva de Batista” o “Cómo 300 derrotaron a 10 000”, que parece un cuento deLas mil y una noches. Me veo obligado, por ello, a incluir una pequeña autobiografía de la primera etapa de mi vida, sin la cual no se comprendería su sentido. No deseaba esperar que se publicaran un día las respuestas a incontables preguntas que me hicieran sobre la niñez, la adolescencia y la juventud, etapas que me convirtieron en revolucionario y combatiente armado.
Nací el 13 de agosto de 1926. El asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, se produjo tres años después que me gradué en la Universidad de La Habana. Fue nuestro primer enfrentamiento militar con el Ejército de Cuba, al servicio de la tiranía del general Fulgencio Batista.
La institución armada en Cuba, creada por los Estados Unidos después de su intervención en la isla durante lasegunda Guerra de Independencia, iniciada por José Martí en 1895, era un instrumento de las empresas norteamericanas y la alta burguesía cubana.
La gran crisis económica desatada en los Estados Unidos,durante los primeros años de la década de 1930, implicó altos niveles de sacrificio para nuestro país, al que los acuerdos comerciales impuestos por aquella potencia hicierontotalmente dependiente de los productos de su industria y de su agricultura desarrolladas. La capacidad adquisitiva del azúcar se había reducido casi a cero. No éramos independientes ni teníamos derecho al desarrollo. Difícilmente podían darse peores condiciones en un país de América Latina.
A medida que el poder del imperio crecía hasta convertirse en la más poderosa potencia mundial, hacer una Revolución en Cuba se tornaba una tarea bien difícil. Unos pocos hombres fuimos capaces de soñarla, pero nadie podría atribuirse méritos individuales en una proeza que fue mezcla de ideas, hechos y sacrificios de muchas personas, a lo largo de muchos años, en muchas partes del mundo.
Con esos ingredientes se pudo conquistar la independencia plena de Cuba, y una revolución social que ha resistido con honor más de 50 años de agresiones y el bloqueo de los Estados Unidos.
En mi caso concreto, sin duda por puro azar, a esta altura de la vida puedo ofrecer testimonio de hechos que, si tiene algún valor para las nuevas generaciones, se debeal esfuerzo de investigadores rigurosos y serios, cuyotrabajo durante decenas de años reunió datos que me ayudaron a reconstruir gran parte del contenido de este libro, al que decidí poner el títuloLa Victoria Estratégica.
Las circunstancias que me llevaron a tales acciones bélicas las guardo imborrablemente en mi mente. No deja de ser satisfactorio para mí recordarlas, porque de otra forma no me explicaría por qué llegué a las convicciones que al fin y al cabo determinaron el curso de mi existencia.
No nací político, aunque desde muy niño observé hechos q