Prólogo
La obra de Gloria García (1941-2013) constituye un obligado referente para los estudiosos de la historia de Cuba. Así queda revelado en su extenso currículo científico.
Ejerció el periodismo historiográfico en la revistaMella,bajo los auspicios de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), desde 1959 hasta 1964. En este último año ingresó a la entonces Academia de Ciencias de Cuba, específicamente en el Archivo Nacional de Cuba, bajo la dirección del doctor Julio Le Riverend, en un grupo de trabajo multidisciplinario, con énfasis en los estudios históricos nacionales orientados hacia los intercambios sistemáticos de las corrientes historiográficas y científico-sociales prevalecientes en el mundo académico internacional en su conjunto.
Como secretaria científica del Instituto de Historia de Cuba (1969-1973) impulsó las investigaciones de historia económica y política de Cuba y América, a la vez que organizó numerosos talleres internacionales sobre cuestiones metodológicas presentes en el ámbito económico europeo.
En igual dirección proyectó su labor como jefa del Departamento de Historia en la Academia de Ciencias de Cuba (1976-1981).
La multidisciplinariedad de Gloria durante aquellos años se evidenció al impulsar diferentes actividades científicas como miembro de la Comisión Nacional de Monumentos, del Consejo Asesor del Museo Numismático del Banco Nacional de Cuba, colaboradora de la Comisión Nacional de Historia de la UJC (1966-1969) y de la Sección de Historia del Movimiento de Activistas de Historia del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del PCC durante los años en que esta sección funcionó, así como en la realización de múltiples investigaciones estrechamente relacionadas con la sociología, la literatura, la etnología y la antropología social. En este último sentido, su universo de colaboración abarcó todo el país. De ahí, precisamente, que pueda considerarse como pionera en los estudios socioeconómicos culturales de la historia regional.
Sus investigaciones comenzaron a socializarse en el ámbito internacional, al integrar el Grupo Cubano-Alemán de Investigaciones Históricas y Económicas, creado en las Academias de Ciencias de Cuba y la ex-RDA. De ahí su participación en publicaciones sobre los monopolios y sus efectos en las economías insulares.
Otro elemento significativo de su polisemia científica lo constituye la labor desplegada en la confección de los atlas históricos, José Martí y Nacional de Cuba, de las provincias de Matanzas y Camagüey y en las comisiones de carácter científico de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
A lo anterior debe agregarse su participación activa en importantes expediciones multidisciplinarias tales como a la entonces Isla de Pinos, Guane, Yateras y Santa Cruz del Norte, cuyas experiencias fueron plasmadas en informes, ensayos y artículos de relevancia epistemológica.
Su sabiduría se hizo sentir, además, como integrante del Tribunal de Categoría