: Byung-Chul Han
: Topología de la violencia
: Herder Editorial
: 9788425434181
: 1
: CHF 7.90
:
: Allgemeines, Lexika
: Spanish
: 200
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
En este ensayo, Han profundiza su análisis de la sociedad del cansancio y de la transparencia, buscando sacar a la luz las nuevas formas de violencia que se ocultan tras el exceso de positividad. Hay cosas que nunca desaparecen. Entre ellas se cuenta la violencia. Su forma de aparición varía según la constelación social. En la actualidad, la violencia ha mutado de visible en invisible, de frontal en viral, de directa en mediada, de real en virtual, de física en psíquica, de negativa en positiva, y se retira a espacios subcomunicativos y neuronales, de manera que puede dar la impresión de que ha desaparecido. Pero la violencia se mantiene constante. Simplemente se traslada al interior. La decapitación en la sociedad de la soberanía, la deformación en la sociedad disciplinaria y la depresión en la sociedad del rendimiento son estadios de la transformación topológica de la violencia.

Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959), estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994 se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. Es autor de más de una decena de títulos, de los cuales se han traducido al castellano otros seis ensayos, también en Herder Editorial.

 

1. TOPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA

Los griegos denominaban a la tortura «νάγκαι». «ναγαῖος» significa «necesario» o «indispensable». La tortura se entendía y se aceptaba como un destino o una ley natural (νάγκη). Nos encontramos ante una sociedad que sanciona la violencia física como medio para un fin. Es una sociedad sangrienta, distinta a la sociedad moderna, que es una sociedad del alma. Aquí, los conflictos se resuelven directamente con el uso de la violencia, es decir, se eliminan degolpe. La violencia externa, en este sentido, es un alivio para el alma, pues esta exterioriza el sufrimiento. El alma no se encierra en un monólogo mortificador. En la Modernidad, la violencia toma una forma psíquica, psicológica, interior. Adopta formas de interioridad psíquica. Las energías destructivas no son objeto de una descarga afectiva inmediata, sino que seelaboran psíquicamente.

La mitología griega está repleta de sangre y cuerpos despedazados. Para los dioses, la violencia es un medio sensato y natural para lograr sus objetivos e imponer su voluntad. Bóreas, por ejemplo, el dios del viento del Norte, justifica así su comportamiento violento:

A Bóreas Tereo y sus tracios daño hacían, y de su elegida mucho tiempo careció el dios, de Oritía, mientras le ruega, y de plegarias prefiere que de fuerzas servirse. Mas cuando con ternuras no se hace nada, hórrido de ira, cual la acostumbrada es en él y demasiado familiar en ese viento: «Y con razón», dijo, «pues ¿por qué mis armas he abandonado, la fiereza y las fuerzas e ira y arrestos amenazantes, y he empleado súplicas, de las cuales a mí me desmerece el uso? Apta a mí la fuerza es».2

Además, la Grecia antigua era una cultura impulsiva(Erregungskultur). Los afectos vehementes, tan propios de esta, toman formas violentas. El joven y bello Adonis murió destrozado por los colmillos de un jabalí, el cual encarna la violencia que habita en el interior de esta cultura del impulso y de los afectos. Tras la muerte de Adonis, se cuenta que el jabalí dijo que no había querido herirlo con sus «colmillos eróticos» (ἐρωτικοὺς ὀδόντας), sino acariciarlo. En esta paradoja reside el fundamento, la cultura de la pulsión(Triebkultur) y los afectos.

Antes de la Modernidad, la violencia era omnipresente y, sobre todo, cotidiana y visible. Constituye un componente esencial de la práctica y la comunicación social. De ahí que no solo se ejercite, sino que también se exhiba. El señor ostenta su poder imponiendo la muerte por medio de la sangre. El teatro de la crueldad, que tiene lugar en plazas públicas, pone en escena su poder y su dominación. La violencia y su puesta en escena teatral son una parte esencial del ejercicio del poder y la dominación.

En la Roma antigua,munera se refiere al servicio a la comunidad. Unmunus también alude al regalo que espera alguien que desempeña un cargo. Elmunus gladiatorium es uno de losmunera. En realidad, la lucha de gladiadores es solo una parte delmunus gladiatorium.3 Aún más cruel que la lucha de gladiadores son las ejecuciones a plena luz del día. Junto a lademnatio ad gladium (muerte a filo de espada) y lademnatio ad flammas (muerte en la hoguera), también existe la muertedamnatio ad bestias. Se arroja a los delincuentes a animales ha