: Pol Capdevila
: Espectros del tiempo Estética e historicidad en el arte contemporáneo
: Gedisa Editorial
: 9788497849890
: 1
: CHF 16.70
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: Bildende Kunst
: Spanish
: 288
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Espejo crítico de nuestro tiempo, el arte contemporáneo juega un papel crucial para cuestionar nuestra realidad histórica y plantear los problemas filosóficos de la sociedad actual. Por medio de un estilo ameno y elegante, y valiéndose de ensayos que parten del arte y recorren otras disciplinas, Pol Capdevila nos sumerge en algunos de los dilemas filosóficos acerca del tiempo y nos muestra cómo afectan al desarrollo de nuestras vidas y de nuestra cultura.

spectros del tiempo penetra en debates trascendentales sobre nuestro tiempo histórico, tales como la tiranía del reloj, la aceleración de nuestras sociedades, el desvanecimiento del pasado y la sensación generalizada de un fin de la historia. En un constante diálogo filosófico con el arte contemporáneo, Pol Capdevila recorre las contradicciones y crisis de sentido de las sociedades contemporáneas, haciendo partícipe al lector de las dimensiones de la tragedia. ¿Por qué la experiencia del presente ha perdido su consistencia? ¿Podrán el pasado, el presente y el futuro articular una relación productiva, que permita hacer avanzar la historia? ¿Podemos entender el tiempo como algo que se construye colectivamente, en lugar de padecerlo bajo la forma de una dramática finitud?

A través de un enfoque que combina la hermenéutica del arte y la filosofía del tiempo,Espectros del tiempo es una obra fundamental para entender la relación entre el arte, la historia y nuestra experiencia temporal en la sociedad contemporánea.


Profesor agregado en el departamento de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, donde enseña Teoría del arte, Arte contemporáneo y Teoría de la imagen. Es licenciado en Filosofía y doctor en Estética y Teoría de las Artes por la UAB. Actualmente investiga sobre el problema del tiempo en el arte contemporáneo y en la cultura visual, sobre el que ha publicado numerosos artículos y capítulos de libro. Da clases de máster en el MECLAP (Máster de Estudios Comparativos de Literatura, Arte y Pensamiento, de la UPF) y en el MURAD (Máster Universitario de Investigación en Arte y Diseño, de Eina). Complementa su carrera académica como crítico de arte en revistas de arte contemporáneo y como comprometido divulgador de filosofía y estética.

Prólogo

Jaume Pitarch (con la colaboración de 400 voluntarios),Jabón de Alepo, 2016. Vídeo monocanal. Imagen cedida por el artista.

Lavarse las manos es un gesto con un largo recorrido simbólico en la cultura occidental. Teníamos esto presente los que enjuagábamos las nuestras aquel sábado de abril de 2014 en el estudio de Jaume Pitarch. También sabíamos, por el título de la futura obra,Jabón de Alepo, que la pastilla provenía de esta antigua ciudad siria, asediada y devastada en la guerra civil que sufre el país. Cuatrocientas personas repetimos aquel gesto tan cotidiano con una pastilla, hasta deshacerla del todo; una acción colectiva que la obra de Pitarch convertiría en un reflejo de la época que vivimos. Con la acción de lavarse las manos, la obra señala simbólicamente la actitud condescendiente por parte de la ciudadanía occidental con la guerra de Siria, territorio que forma parte de nuestra historia. Pero se deja leer también como la habitual descarga de responsabilidad hacia tantos otros conflictos sociales más allá de nuestras fronteras.

A estos sentidos más evidentes se les podrían añadir otros, inspirados en algunos elementos formales muy significativos. Los más destacados son la duración del vídeo, que consiste en un plano secuencia fijo de más de cuatro horas, y la perspectiva cenital sobre el lavamanos. Esta vista nos sugiere que identifiquemos nuestras manos con las que vemos en la pantalla, posicionándonos con relación a los hechos históricos. El otro aspecto formal, la larga duración del vídeo, dificulta que lo podamos visionar por entero, aunque no por ello dejamos de hacernos una idea del conjunto. El desfase entre el fragmento percibido de la obra y la reconstrucción imaginaria del total es análogo a nuestra forma de conocer la realidad. En efecto, nosotros tampoco percibimos el mundo por completo, sino que nos hacemos una idea de él con muy pocos estímulos directos, mucha información añadida de los medios de comunicación y una gran dosis de imaginación. Seguramente por ello no nos es difícil tomar distancia de situaciones como la del conflicto bélico aludido en la obra. El plano subjetivo y la práctica imposibilidad de acceder al conjunto nos hacen sentir, como si tomáramos parte de esta decisión, lo poco que cuesta desentenderse del devenir histórico del vecino, por trágico que sea.

Como hemos visto, la obra no trata de ofrecer sentidos cerrados sobre un conflicto social y su repercusión internacional, ni expone una tesis explícita sobre nuestra relación perceptiva con el mundo.Jabón de Alepo problematiza, por una parte, nuestras presuntas convenciones sociales y, por otra, nuestra relación epistémica con la realidad. En este sentido, más que afirmaciones, plantea cuestiones sobre la forma de percibir la realidad y de vivir en sociedad propia de nuestra época. Por la fuerza que tiene esta obra, tan sencilla como fecunda, al hablarnos de nuestra condición contemporánea, la he escogido para ilustrar el propósito que me planteo en los siguientes ensayos: analizar la experiencia del tiempo histórico en nuestros días a partir de los problemas que plantea el arte contemporáneo. Como veremos a lo largo del libro, el arte funciona como un caleidoscopio para cuestionar los diferentes aspectos de nuestra realidad histórica y posicionarnos frente a ella.

Analizar nuestra conciencia de época —elZeitgeist, para los filósofos— significa dirigir la atención hacia algunos de los diagnósticos más acuciantes sobre nuestra sociedad, algunos de los cuales, por lo demás, se presentan como contradictorios. Por ejemplo, cabe la posibilidad de que nuestra sociedad se acelere incontroladamente y se precipite hacia un futuro de cambios estructurales imprevisibles. El ritmo de nuestras vidas iría tan rápido que apenas sabríamos vivir más allá de la inmediatez, eliminando de nuestro horizonte existencial las esperas y la actitud contemplativa. En contraposición a esto hay quienes afirman que la base del sistema social se mantiene más estable de lo que lo había hecho en los últimos siglos. Según ellos, en lugar de aceleración, habría ralentización del cambio histórico, o incluso estancamiento.

Otra cuestión fundamental se refiere a una cierta sensación generalizada de desorientación y a la falta de sentido de la existencia en las sociedades modernas y contemporáneas. En relación con esto último, por ejemplo, se habla mucho del problema de si vivimos en un estado de crisis permanente, que encabalga crisis financieras, económicas, coloniales y e