: Italo Calvino
: Marcovaldo o sea Las estaciones en la ciudad
: Ediciones Siruela
: 9788419744883
: Biblioteca Italo Calvino
: 1
: CHF 7.90
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 144
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
«En medio de la ciudad de cemento y asfalto, Marcovaldo va en busca de la Naturaleza. Pero ¿aún existe? La que él encuentra es una naturaleza rencorosa, contrahecha, comprometida con la vida artificial. Personaje bufo y melancólico, Marcovaldo protagoniza una serie de fábulas modernas [...], es la última encarnación de una serie de pobres diablos a la manera de Charlie Chaplin, con una peculiaridad: la de ser un 'hombre de la Naturaleza', un 'Buen Salvaje' exiliado en la ciudad industrial». Italo Calvino Compuesto por veinte relatos, cada uno dedicado a una estación del año, por lo que el ciclo de las estaciones se repite cinco veces, y protagonizados por el mismo personaje, ¿es Marcovaldo, o sea Las estaciones en la ciudad un libro para niños? ¿Para jóvenes? ¿Para adultos? ¿O, más bien, uno donde Calvino expresa su propia relación, perpleja e interrogante, con el mundo?

Italo Calvino nació en 1923 en Santiago de las Vegas (Cuba). A los dos años la familia regresó a Italia para instalarse en San Remo (Liguria). Publicó su primera novela animado por Cesare Pavese, quien le introdujo en la prestigiosa editorial Einaudi. Allí desempeñaría una importante labor como editor. De 1967 a 1980 vivió en París. Murió en 1985 en Siena, cerca de su casa de vacaciones, mientras escribía Seis propuestas para el próximo milenio. Con la lúcida mirada que le convirtió en uno de los escritores más destacados del siglo XX, Calvino indaga en el presente a través de sus propias experiencias en la Resistencia, en la posguerra o desde una observación incisiva del mundo contemporáneo; trata el pasado como una genealogía fabulada del hombre actual y convierte en espacios narrativos la literatura, la ciencia y la utopía.

Presentación


La primera edición deMarcovaldo, o sea Las estaciones en la ciudad apareció en noviembre de 1963 en una colección de libros para niños de la editorial Einaudi. En enero de 1966 Calvino publicó de nuevoMarcovaldo en una colección de lectura para alumnos de escuela secundaria, agregando al inicio el Prefacio que a continuación se transcribe (se omitieron las últimas cuatro líneas, que se referían específicamente a la edición estudiantil).

Se añadieron en una nota a pie de página algunas frases de Calvino extraídas de una entrevista, que aportan información interesante acerca de la composición de los relatos.

*

«Este prefacio es un tanto serio y algo tedioso para un libro que no pretende ser así, razón por la cual nuestros lectores pueden perfectamente omitir su lectura (pero si algún profesor quisiera leerlo, encontrará algunas instrucciones de uso)».

El libroMarcovaldo, o sea Las estaciones en la ciudad se compone de veinte relatos. Cada uno está dedicado a una estación; el ciclo de las cuatro estaciones se repite cinco veces. Todos los relatos tienen el mismo protagonista, Marcovaldo, y siguen más o menos el mismo esquema.

El volumen fue publicado por primera vez en 1963, en Turín, por Einaudi, con ilustraciones de Sergio Tofano. El prefacio (probablemente escrito por el autor) dice: «En medio de la ciudad de cemento y asfalto, Marcovaldo va en busca de la Naturaleza. Pero ¿aún existe? Lo que él encuentra es una Naturaleza rencorosa, contrahecha, comprometida con la vida artificial. Personaje bufo y melancólico, Marcovaldo protagoniza una serie de fábulas modernas» –y puntualiza más adelante en el mismo prefacio– «apegadas fielmente a una estructura narrativa clásica: la de las historietas ilustradas para niños».

Las características del protagonista están apenas delineadas: es un alma simple, padre de familia numerosa, trabaja como obrero o mozo en una empresa,1 es la última encarnación de una serie de pobres diablos a la manera de Charlie Chaplin, con una peculiaridad: la de ser un «hombre de la Naturaleza», un «Buen Salvaje» exiliado en la ciudad industrial. Nunca se dice desde dónde había llegado a la ciudad, ni cuál podría ser esa «otra parte» por la que siente nostalgia. Podríamos definirlo como un «inmigrante», aun cuando esta palabra nunca aparece en el texto; pero la definición es tal vez inadecuada porque todos los personajes de los relatos parecen «inmigrantes» en un mundo extraño del que es imposible huir.

La mejor presentación del personaje está en la primera historia: «Este Marcovaldo tenía una vista poco adaptada a la vida de la ciudad: carteles, semáforos, escaparates, rótulos luminosos, anuncios, por más estudiados que estuvieran para llamar la atención, nunca lograban captar su mirada que parecía vagar en la arena del desierto. Mientras que una hoja que se marchitaba en una rama, una pluma que se enganchaba en una teja nunca se le escapaban, no había tábano sobre el lomo de un caballo, boquete que no hiciera la carcoma en una mesa, una piel de higo aplastada en la acera que Marcovaldo no notara y no le llevara a reflexionar, descubriendo los cambios de estación, los deseos de su alma y la miseria de su existencia».

Estas palabras pueden servir de presentación tanto del personaje como de la situación común a todos los relatos, la cual podría resumirse así: Marcovaldo, en medio de la gran ciudad, 1) escudriña el avance de las estaciones a través de eventos atmosféricos y en las mínimas señales de la vida ani