: Sara Tarrés
: Mi hijo me cae mal
: Plataforma
: 9788419655691
: 1
: CHF 8.70
:
: Familie
: Spanish
: 216
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
La llegada de los hijos cambia por completo nuestras vidas, tanto en pareja como a nivel individual. Y no siempre (o al menos, no todo el tiempo) el hijo representa a la perfección el sueño que teníamos en mente. Mi hijo me cae mal nos ofrece respuestas y consuelo desde la psicología a todas esas conductas ante las que no sabemos reaccionar, o ante las que reaccionamos mal, y nos invita a explorarnos a nosotros mismos para evaluar la relación que mantenemos con nuestros hijos en las diferentes etapas de su desarrollo.

Sara Tarrés es licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Posgraduada en Psicopatología Infantojuvenil (ISEP). Es miembro del Grupo de Trabajo en Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya desde 2018, y ha sido asesora y dirigido sesiones de reeducación para padres, maestros y profesores. Desde 2012 dirige el canal Mamá Psicóloga Infantil, donde divulgo contenidos sobre psicología, crianza y educación.

1.Cómo hemos llegado hasta aquí


Admitir que nuestro hijo nos cae mal no es nada fácil y mucho menos agradable. No obstante, y para ser sinceros, es preciso decir que esta sensación de malestar, incomodidad, cansancio, agotamiento, frustración, desgana, hartura o fastidio que nos provoca, en algún momento u otro, la relación con nuestra criatura –tenga la edad que tenga– es del todo natural; se da con más frecuencia de la que pensamos, pero pocas personas se atreven a manifestarla abiertamente.

Hoy en día, casi más que en otras épocas, es prácticamente tabú exponer con franqueza que sentimos algo distinto a un amor incondicional por nuestros hijos, bien desde el primer momento en el que sabemos que vienen de camino o cuando ya son mayores y viven sus vidas lejos de nosotros. Por esta razón, entre otras, hacemos esfuerzos ingentes por esconder estas emociones, sentimientos y preocupaciones en lo más profundo de nuestro ser y evitamos cualquier comentario sobre ello, incluso –y sobre todo– delante de nuestro círculo más cercano porque sabemos que, probablemente, en lugar de encontrar a alguien que nos escuche, nos calme y nos oriente, encontraremos incomprensión y desaprobación. Paradójicamente, nos guste o no admitirlo, ante esta situación nos enfrentamos a una doble vara de medir: aceptamos que los hijos puedan verbalizar sin problema alguno que sus padres les caen mal, mientras que, cuando son los padres o madres quienes dicen este tipo de cosas los reprobamos, condenamos y juzgamos que el rol paterno o materno les viene grande. Se oyen con demasiada frecuencia y ligereza frases del estilo:

  • «Si te cae mal un hijo, el papel de padre te viene grande».
  • «Un hijo supone responsabilidad».
  • «Como madre, nunca, jamás, me he planteado esa pregunta».
  • «¿Cómo puedes sentir esto hacia tu hijo?»

Como persona, como madre y como psicóloga intento no juzgar las emociones y los sentimientos de nadie. Trato de escuchar a quien se dirige a mí y entender los motivos que le han llevado al lugar desde donde me expresa sus dificultades. Uno de los objetivos que persigue este libro es ayudar a romper ese tabú y así normalizar estos sentimientos y pensamientosdesagradables para poder hablar de ellos abiertamente sin juicios ni opiniones sin fundamento. Es desde ahí, desde el no juicio, que podremos tratar de buscar soluciones y no culpables.

Cuánto dolor evitaríamos si, en lugar de encumbrarnos como jueces repartidores de carnés de buenos o malos padres, intentáramos escuchar y acompañar. Cu