La crisis total en la que se halla inmerso el mundo en la actualidad, toca de lleno el ámbito educativo como sector especialmente imbricado en la dinámica del desarrollo humano. Los avances técnicos y científicos han logrado niveles extraordinarios (viajes por el espacio, paseos por la luna, transplante de órganos, fecundaciónin vitro, ingeniería genética, macroelectrónica, comunicación vía satélite etc.). Niveles que dejarían atónitos a los novelistas de ciencia ficción de hace un siglo, como Julio Verne. Un siglo es un período de tiempo lo suficientemente distante como para calificar de prehistórico io que hacían los hombres hace cien años.
Un buen ejemplo de ello es la vida en la gran ciudad que requiere de sus habitantes el dominio de un código sofisticado y complejo que por sí mismos no podrían deducir: desde la lectura del plano urbano para la ubicación y desplazamientos; hasta los sistemas de transporte, autobuses; semáforos; controles automáticos de las puertas, escaleras mecánicas, ascens