¿Ha cambiado elser docente desde la creación de los sistemas nacionales de educación formal a principios del siglo XVIII hasta la actualidad? La esencia de lo que significa ser docente se mantiene intacta. El docente sigue siendo el que contribuye de forma sistemática y explícita a que sus alumnos aprendan para situarse mejor en su contexto y contribuir así a su máximo desarrollo integral (personal, social y trascendente). Los docentes proponen y desarrollan situaciones que generan aprendizaje. Sin embargo, hay muchos y relevantes elementos socioculturales que rodean y condicionan la manera de entender qué es hoy ser docente, dado que hoy son muy diversas las formas en que esas situaciones pueden desarrollarse.
Desde que al inicio del siglo xix se consolidara un modelo de escuela organizada y supervisada desde la administración pública de los estados-nación, la educación formal es reconocida como un elemento esencial para el desarrollo de sus ciudadanos y el progreso de las sociedades. La obligación de acudir a esas escuelas termina de configurar el papel de la educación como motor social esencial y como una de las políticas públicas de mayor relevancia. Con este proceso de institucionalización de la educación (que transita desde lo familiar a lo social) aparece una nueva figura profesional, la persona que ajena a la familia se ocupa de la enseñanza de los niños y jóvenes: el maestro, el profesor, el docente… En las últimas décadas existe un creciente reconocimiento del papel que esos docentes, como profesionales de la educación, desempeñan en el aula, en los centros educativos y en el contexto que rodea el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Delors (1996) afirmaba que la importancia del papel de los docentes como agente de cambio, impulsando la comprensión y la tolerancia, nunca había sido tan obvio como entonces. Además, añadía que es probable que en el siglo xxi su importancia fuera aún mayor. Esta previsión se ha confirmado ya en la primera década de este siglo, en la que la figura del docente ha sido reconocida como pieza clave para la mejora de la calidad educativa por todo tipo de investigadores y organizaciones internacionales (Comisión Europea, 2018, 2020; OECD, 2015, 2019a; UNESCO, 2014, 2015). Así, el reconocimiento del docente proviene tanto del ámbito de las investigaciones académicas como desde el plano supranacional. A continuación, abordaremos la cuestión desde estas dos perspectivas.
La fundamentación teórica que consolida la importancia del profesorado ha necesitado de un conjunto de investigaciones, ubicado originalmente en el marco de los estudios de la denominada “Eficacia Docente” o “Enseñanza Eficaz”, tal y como recoge Manso (2012). Conviene detenerse brevemente para conocer sus orígenes y entender el aumento de investigaciones sobre el docente, y su importancia para la calidad de la educación actual.
Como comprobaremos a lo largo de este apartado, no es pos