¿Ha cambiado elser docente desde la creación de los sistemas nacionales de educación formal a principios del siglo XVIII hasta la actualidad? La esencia de lo que significa ser docente se mantiene intacta. El docente sigue siendo el que contribuye de forma sistemática y explícita a que sus alumnos aprendan para situarse mejor en su contexto y contribuir así a su máximo desarrollo integral (personal, social y trascendente). Los docentes proponen y desarrollan situaciones que generan aprendizaje. Sin embargo, hay muchos y relevantes elementos socioculturales que rodean y condicionan la manera de entender qué es hoy ser docente, dado que hoy son muy diversas las formas en que esas situaciones pueden desarrollarse.
Desde que al inicio del siglo xix se consolidara un modelo de escuela organizada y supervisada desde la administración pública de los estados-nación, la educación formal es reconocida como un elemento esencial para el desarrollo de sus ciudadanos y el progreso de las sociedades. La obligación de acudir a esas escuelas termina de configurar el papel de la educación como motor social esencial y como una de las políticas públicas de mayor relevancia. Con este proceso de institucionalización de la educación (que transita desde lo familiar a lo social) aparece una nueva figura profesional, la persona que ajena a la familia se ocupa de la enseñanza de los niños y jóvenes: el maestro, el profesor, el docente… En las últimas décadas existe un creciente reconocimiento del papel que esos docentes, como profesionales de la educación, desempeñan en el aula, en los centros educativos y en el contexto que rodea el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Delors (1996) afirmaba que la