: Ramón María del Valle-Inclán
: Luis M. González
: Comedias Bárbaras
: Castalia
: 9788497407878
: 1
: CHF 8.90
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 320
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Las Comedias bárbaras -formada por Águila de Blasón (1907), Romance de Lobos (1908) y Cara de Plata (1922)- conforman una sola obra, una única pieza de tres jornadas y, todas ellas, en su conjunto, constituyen una ácida visión de la sociedad española de la época de Valle-Inclán. Un mundo, el hispánico de finales del siglo XIX que se cae a pedazos. Son 'comedias' por el deseo del autor de crear un verdadero teatro libre, donde se rompan todas las unidades y las instrucciones; y a la vez son 'bárbaras' porque reflejan lo primitivo, la animalización del ser humano, como éste es dominado por sus pasiones, pues lo brutal prevalece. Evocan, sin más, un mundo brutal pero en el que aún están representadas la justicia y la caridad. Esta obra, única edición en el mercado que reúne estas tres obras, es un homenaje a Valle-Inclán coincidiendo con el 80 aniversario de su muerte. La edición ha sido fijada por Luis M. González, catedrático de Literatura Españala en EE.UU, que además ha escrito un prólogo para esta edición.

VALLE-INCLÁN ( 28-10-1866 / 05-01-1936 ) (1866-1936) es uno de los genios de la litertura española. La vida no le bastó y optó por sumar a ellas ráfagas de leyenda. Un tipo que hizo del idioma palabra bella y violenta. Novelista, dramaturgo y poeta, en su obra destaca todo, aunque sólo padamos aquí nombrar algunas... Sonatas (1901-1905), Luces de Bohemia (1920), Los cuervos de don Friolera (1921) o Tirano Banderas (1926) y, como no, Comedias bárbaras (2017), La lámpara maravillosa (1919).

JORNADA PRIMERA

ESCENA PRIMERA

Alegres albores. Luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes –Manuel Tovío, Manuel Fonseca, Pedro Abuín, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas–. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida muge por el vitelo que se lleva a la feria un rabadán.

Pedro Abuín.– Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

Ramiro de Bealo.– Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

Pedro Abuín.– Eso aún hemos de ventilarlo.

Ramiro de Bealo.– No te metas a pleito, con hombre de almenas.

Pedro Abuín.– ¡Casta de soberbios! El fuero que tienen, pronto lo perdían si todos nos juntásemos. ¡No es más tirano el fuero del rey!

Sebastián de Xogas.– Ya hubo reyes que acabaron ahorcados.

Ramiro de Bealo.– En otras tierras.

Manuel Fonseca.– ¡Montenegros! ¡Negros de corazón!

Pedro Abuín.– A esa casta de renegados la hemos de ver sin pan y sin tejas. ¡Más altos adarves se hundieron!

Manuel Tovío.– Pero en el ínterin se nos priva el paso por el dominio de Lantañón. ¡Tanto son parciales los días presentes!

Por los caminos del monte van chalanes y feriantes, en desgranadas hileras. Los de Cures y Tras-Cures, los de Taveirós y los de Nigrán. Trasponiendo las célticas lomas entre picas y gritos, cornea abravada una punta de vacas. Las voces de los chalanes y el ladrido de los perros prolongan un épico verso, en los cristales matinales.

Pedro Abuín.– ¡Alto, compañeros!

Voces lejanas.– ¿Qué se ofrece?

Pedro Abuín.– En Lantañón parece que ahora sacan el fuero de negar a los que transitan para la feria de Viana. ¿Estáis conformes con ello?

El Viejo de