: Victoria Álvarez
: La ciudad de las sombras El comienzo de una apasionante trilogía juvenil ambientada en los años 20 con tintes de INDIANA JONES y ANIMALES FANTÁSTICOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS
: NOCTURNA
: 9788417834746
: Helena Lennox
: 3
: CHF 7.60
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: Abenteuer, Spielgeschichten, Unterhaltung
: Spanish
: 472
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
En 1923, Helena Lennox tiene diecisiete años y un único deseo: sustituir las calles de Londres por una vida de aventuras y excavaciones en tierras lejanas. En consecuencia, cuando sus padres se marchan a la India para investigar la desaparición de unos arqueólogos, ella decide acompañarlos... unos días después y a escondidas. Son muchas las leyendas que circulan en torno a la ciudad fantasma de Bhangarh, pero Helena nunca ha creído en las supersticiones. No obstante, el príncipe Arshad de Jaipur (sí, ese que odia a los ingleses) le insiste en que se equivoca: Bhangarh está maldita y al anochecer, cuando el palacio real se tiñe de oscuridad, todo el que se adentra en sus muros desaparece sin dejar ni rastro. En su recorrido por la exótica India de los años veinte, Helena se ve envuelta en una investigación en la que sólo una verdad parece salir constantemente a la luz: nadie regresa de la ciudad de las sombras. Cita de reseña crítica: «Un viaje a la India más exótica y peligrosa de la mano de unos personajes a los que es inevitable amar... incluso cuando te rompen el corazón». Selene M. Pascual, autora de Ladrones de libertad. «Helena Lennox nos embarca en una aventura por la India con una ambientación fascinante. ¿Cómo resistirse a viajar entre sus páginas?». Andrea Izquierdo, autora de Otoño en Londres. «Imposible no enamorarte de estos personajes y de esta historia». Concepción Perea, autora de La corte de los espejos.

Victoria Álvarez (Salamanca, 1985) es historiadora del arte, trabaja como profesora en la Universidad de Salamanca y está especializada en literatura del siglo XIX. Tras la publicación de sus primeras novelas -Hojas de dedalera (Versátil, 2011) y Las Eternas (Versátil, 2012)-, en 2014 inició la trilogía Dreaming Spires con Tu nombre después de la lluvia (Lumen), que continuó en Contra la fuerza del viento (Lumen, 2015) y El sabor de tus heridas (Lumen, 2016). Su nueva novela, La ciudad de las sombras (Nocturna, 2017), supone el comienzo de la trilogía Helena Lennox, cuya primera entrega se ambienta en la India de los años veinte.

PRÓLOGO

Cuando uno de los editores de Brown& Wilkes me llamó para avisarme de que la biógrafa pasaría unos días en El Cairo, mi primer impulso fue correr a los establos para fugarme a algún oasis remoto antes de que diera conmigo. Era una de las tardes más agobiantes de aquel octubre de 1985 que parecía resistirse a decir adiós al verano, y los ventiladores colocados sobre los muebles de mimbre, pese a haber escogido la casa por ser una de las más frescas de la ribera oriental, no conseguían mantener a raya el calor.

—Sinceramente, Brown, no entiendo a qué viene tanto interés —protesté mientras me pasaba una mano por la húmeda frente—. Si esa mujer se hubiera molestado en pisar un archivo, habría encontrado cientos de fotografías mejores que las que me está pidiendo.

—Ruth sólo quiere que se implique un poco más, Helena —me contestó Brown en un tono que pretendía sonar conciliador—. Estoy seguro de que no le dará problemas. Sólo tendrá que acogerla unos días, hasta que haya resuelto todas sus dudas, y cuando sepa…

—¿Todas sus dudas? —no pude evitar exclamar—. ¡Llevo desde enero colgada de este maldito teléfono para ayudarla a rellenar las lagunas que le faltan! ¡Si hubiera sabido la cantidad de problemas que da una biografía, habría preferido que el mundo me olvidara!

La respuesta de Brown fue echarse a reír de buena gana, y eso me hizo comprender que estaba perdida. «Lo único que le interesa es que el dichoso libro salga a la luz en la fecha prevista —pensé mientras colgaba de mal humor y me quedaba observando, con los brazos cruzados, el trasiego de los turistas que regresaban de las pirámides—. Lástima que sea demasiado tarde para echarme atrás. Esa Ruth parece inasequible al desaliento».

De modo que cuando quise darme cuenta la tenía metida en casa: una joven de unos treinta años (a mis casi ochenta, me parecía una cría), con mucho pelo cardado y unos ojos llenos de rímel que le daban un aspecto más alucinado que dramático. Reconozco que me sorprendió comprobar, cuando nos sentamos por primera vez en la veranda de la salita que daba al Nilo, hasta qué punto se estaba tomando en serio la investigación. En los últimos meses había recopilado, subrayado y anotado cientos de artículos acerca de las excavaciones que había llevado a cabo desde que era una adolescente; había devorado estudios arqueológicos en los que me dedicaban capítulos de los que nunca había oído hablar, tenía cuatro cintas VHS repletas de reportajes de televisión y, para mi horror, se había entrevistado incluso con mi prima Chloë, quien le dio material de sobra para crear la que Ruth esperaba que fuera «la única biografía que descubra a la mujer tras el mito».

—Me temo que estás confundiéndote —recuerdo que repliqué tras servirme una taza de café negro preparado por Laila, mi asistente—. Los arqueólogos consagramos nuestras vidas a desentrañar mitos. Habría que ser realmente estúpido para dejarse convertir en uno.

—No trate de enredarme con sus tretas —repuso ella, en absoluto intimidada por mi brusquedad—. Llevo tanto tiempo persiguiendo su sombra que podría decir que la conozco casi tan bien como a mí misma. No he venido a mendigar respuestas, lo que quiero es…

—Pruebas que te ayuden a separar la mentira de la verdad. Supongo que en eso no nos diferenciamos demasiado. —Con un suspiro resignado, dejé la taza en la mesita y me puse en pie para dirigirme hacia la alacena de madera taraceada del rincón—. Me parece que por aquí tengo algunas cosas que pueden servirte, aunque todas relacionadas con mis investigaciones. Olvídate de los álbumes familiares; no vas a meter las narices en ellos.

—Por eso no se preocupe: su prima fue de lo más generosa cuando la visité —replicó la condenada muchacha con una s