: Jean-Claude Reichert
: El salmo 18 y la celebración de Navidad Biblia y liturgia. Cuaderno Bíblico 186
: Editorial Verbo Divino
: 9788490734988
: 1
: CHF 5.30
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: Religion/Theologie
: Spanish
: 52
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
El salmo 18 es magnífico. Despliega el cántico silencioso de los cielos en honor de Dios, canto cuyo héroe es el sol. Como tal no está presente en la liturgia de la Navidad, pero su simbólica solar, enriquecida con un matiz nupcial, se encuentra en numerosas oraciones y poemas, desde el prólogo del evangelio de san Juan hasta la actualidad, pasando por las grandes homilías del siglo IV: el Cristo luz se hace hombre y es exaltado. Existe todo un juego de interacciones entre la Biblia y la liturgia que es el objeto de este cuaderno realizado como una investigación.

I – La materialidad
del texto bíblico


Los salmos son aún hoy un elemento importante de la oración judía. Forman parte de los textos sagrados de la tradición de Israel, en la versión hebrea llamada «masorética», es decir, en la forma del texto que fue fijada con su vocalización entre los siglosV yVII. Pero cuando los salmos entraron en la tradición cristiana fueron recibidos en la versión griega de este mismo texto. Este texto griego posee algunas particularidades con respecto al texto hebreo que nos sirven de puntos de referencia en la actualidad. Esto se aplica, evidentemente, al salmo 18A, en cuyo versículo 5 encontraremos un ejemplo sorprendente e incluso misterioso.

El salmo 18 (19) en su conjunto


Por el momento, nos contentamos con constatar que la separación entre la tradición cristiana y la judía encuentra una expresión totalmente formal en la numeración de los salmos. En efecto, la manera de enumerar los salmos no es la misma en la versión hebrea y en la versión griega. En las ediciones corrientes de la Biblia se ha adoptado la numeración del Salterio hebreo. En la liturgia católica se mantiene la numeración del Salterio griego, aun cuando los salmos ya no son rezados en griego ni a menudo en las traducciones hechas a partir del griego. Esta divergencia complica un poco el seguimiento en el libro bíblico llamado «Salterio», pero, en todo caso, recuerda que existe un uso propiamente cristiano de los salmos.

No es ninguna falta de respeto a la tradición judía (¡no debería serlo en ningún caso!) aceptar esta divergencia transcrita en el principio de numeración de los cientos cincuenta salmos del Salterio. «La lectura cristiana del Salterio no es la de los judíos, sino que constituye un registro posterior. No la reemplaza, se desarrolla en paralelo con ella. Las dos son legítimas, pueden incluso estimularse e iluminarse recíprocamente, a veces incluso unirse y armonizarse. Sus raíces son comunes. Pero la lectura judía y la lectura cristiana, productos y expresión de una visión de fe diferente, son irreductibles entre sí»2 (véase recuadro«El Antiguo Testamento se hace Evangelio»).

El Antiguo Testamento se hace Evangelio


«El Espíritu encuentra su recinto en la Palabra de la Sagrada Escritura. Por eso esta es sacramento. [...] Él sigue caminando con su pueblo, y a medida que el pueblo progresa, que la historia de la salvación continua, la palabra se expande, me atrevo a decir, se enriquece, recibe un sentido nuevo, revela un sentido más profundo. En este sentido, conocéis bien el fenómeno de las relecturas que ya se encuentra en el Antiguo Testamento. En el mismo salmo releído por las comunidades creyentes, estas encontraron siempre algo