: José Luis Elorza
: Drama y esperanza - I (Lectura existencial del Antiguo Testamento) Dios, conflicto y promesa (Pentateuco y libros históricos)
: Editorial Verbo Divino
: 9788490732748
: 1
: CHF 16.80
:
: Religion/Theologie
: Spanish
: 480
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
El Antiguo Testamento es rechazado por la mayoría de los cristianos. Sus páginas se les hacen ininteligibles o inaceptables, básicamente por dos razones: porque parecen mitos, leyendas, cuentos sin valor alguno; y porque hieren nuestra sensibilidad humana y cristiana (violencia, machismo, imagen de un Dios omnipotente y castigador...). Quisiéramos una biblia más espiritual, sin pecadores ni historias sucias, menos manchada por el lodo de este mundo. Pero ¿sería palabra de Dios? El Antiguo Testamento es, ante todo, una escuela de aprendizaje de esperanza para los humanos que caminamos entre barros. Con su lectura existencial del Pentateuco y los libros históricos, acompañada de una lectura crítica, José Luis Elorza pretende mostrar la enorme riqueza humana y espiritual de los relatos bíblicos.

Presentación

«Esta es una de esas páginas de la Biblia que yo llamo impresentables»: así comenzaba un sacerdote su prédica tras leer una página del Antiguo Testamento (AT). ¿No lo son muchas para la mayoría de los cristianos, incluidos los sacerdotes? Sobre todo el AT sigue estando «en hebreo». En concreto, los libros primeros (Génesis, Éxodo, Jueces, Samuel…) crean malestar y antipatía, suscitan más preguntas que respuestas. ¿Por qué tanto rechazo y desazón ante el AT? Se deben básicamente a dos clases de objeciones: ¿no son mitos, leyendas, cuentos? Y si miramos a sus contenidos, hieren nuestra sensibilidad: personajes siniestros, comportamientos violentos y machistas, costumbres anacrónicas e ideas inhumanas, el tono poco espiritual de muchas páginas, mil errores de todo tipo, el rostro de un Dios castigador inaceptable… Excepto algunas páginas valiosas, estos libros apenas tendrían valor histórico, ni religioso-moral. ¿Siguen siendo «palabra de Dios»? ¿Por qué no dejarlos de lado? La tentación es ya antigua. Con todo, incluso un ateo de solemnidad, F. Nietzsche, confesó: «Hay en el Antiguo Testamento judío hombres, cosas, palabras de un estilo tan elevado que los textos sagrados de los griegos y de los hindúes no tienen nada que se les pueda comparar».

La respuesta a ambas objeciones irá apareciendo a lo largo del libro. Adelanto un par de observaciones. En primer lugar, menos mal que el AT lo componen mitos, relatos legendarios, sagas, novelas, con sus recursos literarios: lenguaje poético y simbólico, diálogos y monólogos inventados, escenas creadas…). De ser historia, sería muy pobre; son más que historia. Lo mismo que las grandes obras literarias de todos los tiempos: dramas, poemas épicos, cuentos, películas…, comoEl Quijote,Hamlet,Fausto,Cien años de soledad,El Señor de los Anillos«Una novela es más verdadera que la historia»(Balzac, novelista).«La novela ha nacido a causa de la pobreza de la historia»(Novalis). Los autores de los relatos bíblicos inventaron o deformaron la historia: era la única manera de hacerla significativa, de decir verdades de cierta hondura. No les interesaba la historia como tal (acontecimientos, personajes), sino hallar sentido al misterio insondable del ser humano y de la historia, desentrañar su realidad, tan rica, honda y compleja al mismo tiempo.«La única manera de contar algo verdadero es bajo el elegante y pudoroso disfraz de la novela»(Javier Marías, escritor y novelista). Las «historias» de Abrahán, José, Moisés, las plagas de Egipto… están casi enteramente inventadas: ahí está precisamente su valor y su verdad. No son historia, son narraciones, relatos. Sus autores fueron narradores, no historiadores. Lo inventaron casi todo y a veces todo, pero ¡qué bien inventado! Shotwell lo expresa con gracia genial:«Fueron los deformadores de la historia hebrea quienes hicieron que esa historia valiera la pena».

En cuanto a los contenidos del AT, muchos lo quisieran depurado de tanta página inaceptable. Un AT más l