: Miren Junkal Guevara Llaguno
: El Exilio: de Jerusalén a Babilonia Reseña Bíblica 99
: Editorial Verbo Divino
: 9788490734711
: 1
: CHF 5.70
:
: Religion/Theologie
: Spanish
: 72
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: ePUB
El exilio constituye todavía hoy uno de los períodos de la historia de Israel que más interesa a los investigadores: los artículos que conforman este número aportan nueva luz a la investigación bíblica de este período de la mano de especialistas en distintos campos que, unidos, ayudan a una mejor comprensión de esta realidad histórica y de su relevancia teológica.

«Desapareció de la bella Sion
toda la hermosura» (Lam 1,6).


LA CAÍDA DE JERUSALÉN, PUERTA
Y PUENTE DEL EXILIO


Miren Junkal Guevara


La rebelión de Sedecías (2 Re 25,1), fruto de lo que se ha llamado la política «bipolar» de los reyes de Judá, cambió el signo de las decisiones de gobierno de los babilonios que se vieron obligados a reforzar el control sobre los reinos del Levante, particularmente con los más próximos a Egipto. Este es el escenario en el que se enmarca tanto el violento ataque, como la posterior destrucción de Jerusalén. Además, esta es la chispa que explica el exilio y la nueva vida de los judaítas en Babilonia, como la migración forzosa a Egipto.

ANTECEDENTES

La batalla de Carquemis, que tuvo lugar en el año 601 a.C., golpeó casi letalmente el control que Egipto había ejercido en el Levante, al menos durante los veinte años que siguieron a la descomposición del Imperio asirio.

Los babilonios, a pesar de estar inmersos aún en el proceso de consolidación del nuevo imperio, percibieron claramente la necesidad de controlar la actividad económica que discurría por la Via Maris, así como la urgencia de neutralizar la amenaza que Egipto suponía. Por esa razón reforzaron la presencia en Siria, puerta de acceso a la frontera del Éufrates.

Quizá por estar seriamente comprometidos con la consolidación de las instituciones y alianzas del imperio, los babilonios, en un primer momento, se limitaron a asumir y reforzar las estructuras políticas erigidas en el Levante por asirios y egipcios, sin invertir muchos esfuerzos en consolidar su presencia en la zona, a base de operaciones militares de amplio calado.

Teniendo esto en cuenta, no resulta difícil comprender por qué Nabucodonosor simplemente se limitó a asediar y someter a tributo a Judá cuando llegó por primera vez a sus fronteras (2 Re 24,1); de la misma manera, así se puede explicar que mantuviera en el trono a Joaquín, que, según el texto bíblico (2 Re 23,34), había sido colocado directamente allí por los egipcios; por último, tampoco extraña la estrategia de la primera intervención en Judá, por la que el rey Nabucodonosor se limitó a hostigar y amenazar a Judá con bandas y guerr