Introducción
Una revolución
contra el neoliberalismo
Lunes 7 de octubre de 2019, sobre las 18:00 horas: entrevistado por CNN Chile, el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, anuncia un aumento de 30 pesos en el precio del pasaje del metro de Santiago, aunque minimiza el impacto de esta medida en la vida cotidiana de los usuarios de este medio de transporte. De hecho, fue el 6 de octubre, un día antes del anuncio, cuando se introdujo la nueva subida de precios en el servicio de metro en hora punta. Para entender el alcance de este aumento, el tercero que se registra ese mismo año, hay que saber que dos pasajes diarios valen 1.790 pesos, que a lo largo de un mes son 35.600 pesos, es decir, alrededor del 12 % del salario mínimo.1 También importa señalar que el aumento anunciado solo se aplica en las horas punta, cuando un gran número de trabajadores utiliza el metro para desplazarse al local de trabajo. Tres horarios distintos determinan la tarifa aplicable: bajo, valle y punta. Solo los estudiantes y los ancianos pagan una tarifa fija (230 pesos en octubre de 2019). El horario bajo corresponde al intervalo entre las 6:00 y las 6:59 horas o entre las 20:45 y las 23:00 horas, mientras el horario valle se aplica de 9:00 a 17:59 horas y de 20:00 a 20:44, y el horario punta de 7:00 a 8:59 horas y de 18:00 a 19:59 horas. El ministro tenía previsto aumentar los precios de los horarios valle y punta y disminuir en la misma cuantía el precio del horario bajo.
La responsabilización neoliberal del individuo
Esta modulación diferenciada de las tarifas según el horario permite al ministro sostener que la medida no afecta a los más pobres. En la misma entrevista, el ministro insiste en tres ocasiones en esa misma idea con palabras distintas: «Quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja», «Alguien que sale más temprano y toma metro a las 7 de la mañana tiene la posibilidad de una tarifa más baja», «Se ha abierto un espacio para quequien madrugue pueda ser ayudado a través de una tarifa más baja». Más allá de suponer una provocación, estas respuestas a las preguntas de una periodista revelan sin duda el espíritu neoliberal que desde hace décadas impulsa de manera constante la política de los gobernantes chilenos. Mediante algunos elementos discursivos, todoqueda dicho: hay que dar un incentivo económico a los trabajadores¡para que se levanten más temprano!2Es una cantinela que a todos resulta familiar: «Si te levantas demasiado tarde, tú verás, es culpa tuya». En otras palabras, se trata de responsabilizar a cada individuo de la penalización económica que pueda caerle encima y de hacer creer que todo depende de la conducta que el individuo decide adoptar. Este es un rasgo característico del neoliberalismo que va mucho más allá de los límites de la experienciachilena, aunque haya encontrado en ella una expresión típica: elneoliberalismo no se reduce a una doctrina académica importadade la escuela de Chicago, ni siquiera a una política económica inspirada en esa doctrina, sino que se identifica con una singular forma de vida, caracterizada por el imperativo de elegirse aunomismo, en condiciones que impiden cualquier tipo de elección.
El 7 de octubre, alrededor de las 14:00 horas, los estudiantes secundarios realizaron la primera acción de rechazo al pago invadiendo la estación Universidad de Chile, haciendo de este rechazo, según sus propias palabras, «otra forma de lucha». Del 7 al 18 de octubre, manifestaciones esporádicas de estudiantes invaden las estaciones de metro sin dar lugar todavía a una acción coordinada como la de la capital. El 18 de octubre las cosas cambian. Lo que impresiona al testigo de lo que ocurre en las primeras horas de ese día no es la efervescencia de un tumulto, sino el silencio que reina en las calles de la capital, un